𝗘𝗡𝗘𝗠𝗜𝗚𝗢𝗦 || Jade Steele mantiene una relación amorosa secreta con el gobernador de la capital surcoreana, Kim Namjoon. Jeon Jungkook es un mafioso criminal postulado a la próxima gobernación de Seúl que llega a tener un interés profundo por...
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—Me parece realmente alarmante en lo que se ha convertido nuestro país en los últimos años con respecto al crimen organizado y a la trata de personas. —dice uno de los jefes de la suprema corte.
—No me va a negar, señor Han, que desde que el gobernador Kim tiene el puesto, el índice de criminalidad ha bajado hasta un 63%. —indica Wang, parte del equipo de KNJ Jang-gwan.
—Concuerdo con Wang, inclusive la ONU lo reconoció y le dio un reconocimiento a nuestro ejército. —añadió Tuan.
La mesa redonda y grande, estaba repleta de hombres importantes, todos partícipes en la política de Corea del Sur, estaban presentes los dos primeros ministros de la Asamblea Nacional, dos representantes de la suprema corte de justicia, algunos de la procuraduría de justicia de Seúl y otros más representantes de la presidencia, eso sin contar al equipo del gobernador.
—Eso sin contar el apoyo económico, psicológico y social que se le brindado a las familias de los atentados de los últimos meses. —terminó por añadir Eunhyuk, también parte del equipo de Kim.
—Pero bueno, también queremos escuchar las palabras del señor gobernador. —dice Choi Soobin, representante de la procuraduría de justicia.
Namjoon estaba escuchando atentamente las palabras de todos en la reunión, había que decir que muchos lo apoyaban, de hecho creía que la mayoría lo hacía, eso porque tenía dedicación por su trabajo y como gobernador de una nación, pero lo que si había de aceptar, era que él no era de ningún agrado para la gente de la procuraduría de justicia, ni nada que tuviera que ver con policías, todo porque decidió bajar sus salarios para invertir ese dinero en próximos establecimientos de consumo para los habitantes de Seúl, de eso en fuera, no había otra cosa que pudiera echarle en cara al gobernador.
—Lo estamos esperando, gobernador. —apuró Kang Taehyun, un agente de policía especializado.
Kim entrelazó sus manos sobre la mesa.
—Lo que yo haya hecho por el estado lo dejo a consideración de cada uno de ustedes y de los ciudadanos. Y con respecto a lo del crimen organizado y trata de personas, definitivamente es algo en lo que mi equipo y yo estamos trabajando, pero para eso también debería estar involucrada la procuraduría de justicia y los agentes de policía especializados. —miró directamente a Kang y Choi.
—Su trabajo como gobernador es dictaminar una solución para ese problema, señor Kim. —contra atacó Kang.
—En efecto, y les aseguro que estamos haciendo lo posible para que Seúl sea un lugar digno y seguro para los ciudadanos.
