Capítulo 15

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La muerte de Xorus

Caminamos al hospital rápidamente, para así poder cumplir con recibir la bendición del mayor de todos.

Pienso en lo que había dicho Martha, que era demasiado cierto, es el mayor de la aldea, con unos 102 años de edad, y aunque era obvio que no duraría mucho tiempo, no creo que alguien hubiera esperado que se iría pronto. Hace dos meses y tanto, él estaba bien, él trataba de convencer al resto de que nuestra situación no era mala, se veía imponente y poderoso, como el mayor que era, y ahora estaba en una cama de hospital.

Entramos en la habitación blanca de luces brillantes y horribles. El corazón se me hunde al mirar la camilla ocupada, de repente, el señor Xorus parece menos imponente que antes, sus ojos apenas abiertos tratando de prestar atención a lo que se le decía. Orión estaba a su lado tomando su mano mientras susurraba una disculpa en Jin, los ojos comenzaban a picarme, recordando todas las veces que discutí con él en el lapso de dos meses, me trago el nudo en mi garganta.

Volteo a ver a Nuri, quien definitivamente estaba llorando, una pequeña parte de mi envidia su facilidad para expresar sus emociones. Fuster lo abraza, tratando de ocultar su propio dolor y fallando. Hali sujeta mi hombro para llamar mi atención, volteo a verla, ella hace una seña con las manos, preguntando si estoy bien, agradezco que recuerde mi dificultad para hablar. Asiento.

Me acerco lentamente al lugar donde Orión, incado, pedía un perdón entrecortado por las lágrimas que no le dejaban continuar. Poso mi mano sobre su hombro mientras me inco con él.

Intento pensar en algo que decir para consolarlo, pero no había nada que pudiera decir para hacer eso. Así que imito su acción, pidiendo disculpas en Jin, antes de que diera la bendición y se hiciera una liberación de alma. De una forma u otra, Orión lo toma como un consuelo, recargando la cabeza en mi hombro el mismo segundo en el que terminó su disculpa.

Termino mi disculpa, una parte de mi quiere levantarse y sacar a Orión antes de que toda su estabilidad emocional se venga abajo, pero el lado racional dentro de mi cabeza sabe que no puedo dejar la habitación todavía. El señor Xorus levanta la mano para hacer una seña, indicando algo que no puedo comprender en este momento, el monje, mucho más sabio, se aclara la garganta para llamar la atención de todos en la habitación.

<Tenemos que continuar> explica con cuidado.

Orión se levanta del suelo, limpiandose la cara para presentar su mejor semblante. Imito la acción de levantarse del suelo, contemplando a muchos frenando su propio rezo, pienso vagamente en lo mucho que necesito hacer las cosas al mismo tiempo que el resto, no antes. Cian saca el documento que anteriormente había sacado de los registros.

<¿alguien tiene pluma?> pregunta con la cara roja al percatarse de olvidar la pluma. Fuster saca una de su bolsillo y se la entrega con la cabeza baja, entiendo en ese momento que hace un momento estaba llorando junto con Nuri. Mi reflejo es voltear a ver a Hali, cuyos ojos rojos delataban su tristeza; de pronto, me siento mal por no poder llorar, el nudo se me hace más grande, amenazando con salir por mi boca.

Cian apoya el documento en la pared y lo pega con un poco de cinta, veo todas la líneas y me pregunto si no es más sencillo tener más plumas en lugar de firmar uno por uno, pienso en el caos que sería eso, y en el pensamiento más egoísta que puedo tener en este momento: "Es mejor así, el señor Xorus no se irá hasta terminar con esto", me repudio a mi mismo por si quiera pensarlo, ahora tengo ganas de golpearme con una pared hasta morir desagrado.

Attack in a world: Crónicas Del Síndrome Del SalvadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora