Capítulo 32

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El medallón de la Dama/ La matrona.

Martes 27 de Enero. X25.

Han pasado dos semanas.

Sí, lo sé, tengo qué escribir más. Es sólo que, entre mis cosas de diario y las clases que algunos profesores en Míray comenzaron a brindar a los jóvenes, simplemente no tengo el tiempo que alguna vez tuve.

Como sea que fuera, hoy es Luna Nueva, y volaremos hasta Abbadon para recuperar la piedra preciosa en el medallón de la Dama Aileen.

Orión estira las alas junto con Tyler, ambos charlando en Jin sobre la manera correcta de jugar en alguna cosa de adultos. Esperamos a Hali y a Fuster, que siempre salen a último segundo. Nuri revisa el contenido de una mochila. Avery está a su lado, repitiendo una lista de cosas que debería de tener en ella.

Miro mi frasco con la contrareceta palo de rosa, de pronto no parece tan bien realizada como me parecía ayer por la tarde. Recapitulo cada uno de los pasos mientras le doy pequeñas vueltas al frasco, tratando de encontrar alguna falla.

<Cuántas más muecas le pongas, más lo vas a salar> Hali me advierte, cerca de mi oído.

No me inmuto, porque sé que Hali no entiende el concepto de espacio personal ni a palazos. En cambio suspiro.

<No lo voy a "salar", estoy tratando de saber si no está salado ya.

<No creo que funcione así el término>ella responde con una sonrisa, se asoma para ver el frasco<Se ve bien para mi.

Pero no se ve bien para mi. Porque no logro recordar todo mi procedimiento. Entonces puedo sentir una punzada de miedo atravesando mi mente. Porque no sé qué haré si también olvido lo que se supone que haremos. Como blanco y negro y sangre. 

Fuster sale de la cabaña antes de que pueda echarme para atrás. Lo agradezco. No es un lujo que pueda seguir permitiéndome.

Antes de irnos me dicen que manche mis alas para cambiar su color. No lo había pensado. Las únicas alas doradas en Abbadon, obviamente llamarán la atención. Lo hago rápidamente, sin pensar mucho en que después tendré que pasar horas intentando remover tierra y lodo de entre las plumas.

Yo llevo a Hali, Nuri con Orión y Fuster con Avery. Tyler es el encargado de direccionarnos. Antes de abrir vuelo Orión me dedica una mirada como una forma de decirme que todavía puedo echarme para atrás.

La última vez él no venía con nosotros, y se sintió culpable por eso.  El monje le contó sobre la última vez. Sobre la sangre y bombas, sobre la nube eterna en Esther, sobre el final de las guerrillas de Abbadon. Yo no quería que lo hiciera. Orión y el monje pelearon ese día, porque yo no debería de saber lo que es el sonido de una bomba, la sangre y el caos. Porque Amor y Zephyr no son la misma persona. Esther no era lugar para mi. Pero ahora íbamos a regresar, y eso estaba bien. Le sonrío porque quiero que sepa que estoy segura de esto.

Volamos en dirección a Abbadon. Sólo pasan unas horas hasta descender frente a la muralla de metal frío y el campo amarillo verdoso que lo rodea. Elegimos a propósito la muralla este, hay menos vida de éste lado, nada sobrevive, incluyendo la vida consciente. Por lo mismo no es tan vigilada, nadie espera que alguien llegue desde aquí.

Me percato de que lo que había olvidado de Abbadon, incluso fuera de su frontera. Había olvidado las grandes extensiones de tierra cubierta de nieve que rodea la frontera. Había olvidado los árboles rojizos con hojas violetas que a duras penas se sostienen. Había olvidado lo hermosos que son los últimos rayos de la luz de sol sobre el blanco de invierno. Habia olvidando lo ligero que se siente en comparación a otro lugar. El sol se oculta mientras la luna nueva y las estrellas comienzan a abrirse paso. Mi aliento forma neblina sobre mi cara. No quiero seguir olvidando.

Attack in a world: Crónicas Del Síndrome Del SalvadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora