Golpe de suerte. [Felix Agreste] Miraculous Ladybug

Capitulo 2

     —¿Disculpa?— me quede en el piso mirándolo. 
     — Hey tranquilo, apuesto a que fue solo un accidente —dijo una chica de cabello negro azulado acercándose a mi — ¿estas bien?— me pregunto mientras me ayudaba a levantarme del piso.
     — Si, gracias —dije sacudiendo mi ropa.
     — No es nada, soy Bridgette, un gusto— se presentó la agradable y bajita chica.
     — Un placer, soy Mitchie—conteste.
     — Yo me largo— dijo el rubio de ojos azules con el que había chocado.
     — Grosero—dije.
     — ¿Cómo me llamaste niña?— pregunto el rubio acercándose a mí, tuve que levantar bastante la cabeza, el chico era un fucking edificio con patas.
     — Grosero, ¿o prefieres que te llame idiota y sordo?—dije en tono retador (a pesar de que si el tipo quería podía quebrarme el brazo sin mucho esfuerzo).
     — No voy a perder el tiempo contigo— dijo el chico.
     —¿Entonces qué haces aún aquí?— dije, él me miro enojado, tomo a la chica del brazo y se la llevo.
     —Hasta luego Mitchie— grito Bridgette.
     — Nos vemos—dije y seguí camino a casa, no estaba tan lejos según lo que yo recordaba, iba a seguir adelante cuando escuche a alguien gritar mi nombre, me di la vuelta y vi a Adrien corriendo en mi dirección.
     —¿Dónde te metiste?—pregunte.
     — Estuve escondido y espere a que todo acabara— dijo él.
     — ¿Sabes si Valory está bien?— pregunte.
     —La vi correr al hotel del papá de Chloe— contesto Adrien.
     — Entonces está en casa, es donde nos estamos quedando— dije.
     — Oh entonces esperemos que esté a salvo—
     — Lo está, ahora yo necesito regresar a casa y curar mi rodilla, hace rato me tropecé— explique.
     — Si quieres puedo acompañarte— se ofreció el rubio.
     — Esta bien, si no te mete en problemas, por mi encantada— dije.
     — Claro que no, vamos— dijo Adrien y comenzamos a caminar rumbo al hotel.
Era muy divertido pasar tiempo con Adrien, él es un chico tan sencillo, y con una plática tan divertida y centrada. En cierto punto la conversación llegó a Chat Noir y a sus compañeros, me encontraba fascinada de cierta forma, algo que siempre había visto en libros, cómics o incluso en tv, era real, esas tres personas tenía alguna clase de don o algo por el estilo, era ciertamente increíble.
     — ¿Por qué esa sonrisa?—preguntó Adrien.
     — ¿Cuál sonrisa?— dije, no me había dado cuenta que realmente estaba sonriendo como una tonta.
     — Si "¿cuál sonrisa?" estás sonriendo como tonta —dijo él — algo así como si alguien te gustara—
     — ¿Qué? Claro que no, no sé de qué hablas— dije fingiendo demencia.
     — Vamos, realmente tenemos que tomarnos un tiempo y hablar de lo que ha sido de nuestras vidas, tengo curiosidad por saber que ha sido de ti durante estos años—dijo Adrien.
     — Si deberíamos salir pronto— dije.
     — ¿Te parece si quedamos algún día después de la escuela?— preguntó.
     — Claro, pero creía que tu padre no te dejaba salir muy seguido que digamos—
     — De hecho, pero ya tengo práctica en escapar sin que él se dé cuenta— dijo
guiñándome un ojo.
     — Bien, tú me dices cuando, porque tienes mucho que contarme modelito, además de que necesitas decirme donde está algún centro comercial por aquí, tengo algunos litros de tinte azul que comprar—dije.
     — Bueno, podemos ir al centro comercial ahora, no estamos lejos, pero solo si me dejas ayudarte a pintarte el cabello— dijo el rubio.
     — Claro, pero solo si puedo ponerte mascarillas mientras me ayudas— dije.
     — Bien, asumiré el riesgo de que arruines mi cara— dijo Adrien.
     — Eres muy exagerado, yo nunca me he arruinado la cara con ninguna mascarilla, te prometo que tu cara está a salvo conmigo— dije.
Fuimos al Centro comercial, compramos decolorante y suficiente tinte azul para mi cabello, además de que paramos en una panadería, que según lo que Adrien me dijo era de los padres de Marinette, compramos algo de pan y regresamos a "casa", Val no estaba, en la nota que dejó en la cocina decía que había salido con Marine a conocer París, en lo que respecta a Adrien y a mí, nos pasamos la tarde entre decoloraciones, esperas, tintes, y pan con leche.