𝐋𝐚 𝐝𝐞𝐛𝐨𝐥𝐞𝐳𝐳𝐚 𝐝𝐢 𝐆𝐮𝐢𝐝𝐨 𝐌𝐮𝐬𝐬𝐢

O3

Caminaba en las calles de Oaxaca con prisa, si mis contactos no se equivocaban, Ernesto Rey estaba en estos momentos en el edificio Córcega, la familia de mi cugino.

Camine hasta toparme con la panadería y el edificio, sonreí.

Sin embargo me escondí cuando ví a personas saliendo, era él.

Ernesto Rey, el culpable de que uno de los negocios de mi nonno fuera cerrado.

Observé que este tenía tres hijos, dos de ellos gemelos, y la mayor que era una chica guapísima de 17-18 años de edad.

Sonreí para después sacar mi celular y tomar una foto, necesitaba más información de ellos, para comenzar con mi venganza contra ellos.

Unas voces, dos veces, masculinas de dos chicos me hicieron voltear. Accidentalmente choque con uno de ellos, provocando que mi celular y el de aquella persona cayeran, al igual que nosotros.

—¿Estás bien? —preguntó el chico hacia el otro que estaba en el piso—

—Perdón, ¿Te encuentras bien? ¿No te lastimaste? —aquella voz, haciéndome esas preguntas me hicieron ver a la persona—

Era un chico de piel blanca, castaño y lindo ojos café.

—Va tutto bene, ragazzo. Tutto a posto. [Está bien, chico, todo está bien]—conteste, haciendo que un chico rizado nos mirara confundido—

—Sono felice di sapere che stai bene, ancora una volta mi dispiace tanto, devo andare. Abbi cura di te e buona giornata, ciao. [Estoy feliz de saber que estás bien, una vez más lo siento mucho, tengo que irme. Cuídate y que tengas un buen día, adiós.] —aquel castaño me ayudó a levantarme, me sonrió y se fue acompañado de su amigo que le preguntaba cosas pero este negaba—

Trague en seco, no, no, no, no. No puedo tener estás distracciones, yo solo vine a una cosa. La tercera cosa de mi lista está hecha.

Encontrar a Ernesto Rey [✓]