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—¿Estás bien? —preguntó el castaño mirándome con precaución— Es broma iba a ser para mí, lamento que hayas caído tu.

Negué.

—Prefiero el hecho de que yo haya caído y no tú. —murmuro—

El chico suspiró para después abrazarme.

—¿Te asustan los sonidos fuertes? —preguntó—

Asentí.

—Mis padre murieron por una arma de fuego, yo estaba presente. Era un niño en ese tiempo, desde ese momento le genere un miedo horrible a los sonidos así.

—Lo lamento. —susurro— Prometo que cuando estemos juntos te cuidare de cualquier ruido fuerte.

Temo se separó para después sonreírme.

—Aún tienes pintura. —susurro—

Sonreí.

—Bueno, quítamela. Recibí está pintura por ti. —bromeé—

El chico comenzó a reír, para después separar mis piernas y posicionarse enmedio.

—Solo será un momento mientras quito esto. —susurro—

Tenerlo tan cerca me hacía verlo con más detalle.

Tenía unas lindas y grandes pestañas.

Unos labios regordetes y rosados.

Lindos ojos cafeces.

Y una piel muy linda, con un poco de acné, pero eso no le quitaba lo lindo.

Bajo su mirada, haciendo que mi mirada y la suya toparan.

Sonrió.

—Y ya estás como nuevo. —bromeo alejándose— Debo irme, debo ayudar a mis hermanos. Gracias y perdón, nos vemos después. —dejo un beso en mi mejilla— Cuídate.

Suspiré.

Cuahutémoc López... realmente me estás enloqueciendo.






No caer en los encantos de Temo López. (Añadido recientemente) |x

𝐋𝐚 𝐝𝐞𝐛𝐨𝐥𝐞𝐳𝐳𝐚 𝐝𝐢 𝐆𝐮𝐢𝐝𝐨 𝐌𝐮𝐬𝐬𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora