Llorar nunca esta demas.

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«Me acosté y lloré, y me dispuse a sentir de nuevo, a admitir que era humana, vulnerable, sensible»

-Sylvia Plath en sus diarios.

Llega al quinto piso y decide usar el elevador, que se jodan sus rodillas el aún está cansado de toda esta mierda

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Llega al quinto piso y decide usar el elevador, que se jodan sus rodillas el aún está cansado de toda esta mierda.

Llega a su piso, abre la puerta con su clave e ingresa.

Todo está oscuro, las cortinas color Jade que el escogió aún estan puestas y cerradas, los sillones cafe que le ayudo a comprar estaban ahí también.
La mesa de centro, las plantas, el gato, el rascador que le había regalado para Miel aún está ahí.
El abrigo que dejo anoche sigue en el perchero, lo único que no está son sus zapatos en la entrada.
Nie Mingjue estaba a nada de vivir prácticamente ahí después de que se casaran oficialmente, por supuesto nunca lo hicieron.

"Claro, déjame solo con todas tus cosas pero te llevas tus zapatos que son lo único que calzaba conmigo."

Entra, toma un poco de aire y prende la luz de el pasillo.

Su apartamento es amplio, demasiado grande para una persona, acaricia a su gato quien le pregunta con la mirada "¿y bien? ¿dónde esta papá?." O tal vez le está pidiendo comida no lo sabe aún.

"Ni siquiera me preguntes por el, resignate a que estaremos solo tu y yo, de nuevo."

Y calla.
Su corazón se siente aún más pesado que antes, su pecho inundado y sus brazos adormecidos.
Camina a su recámara, ignora el comedor, ignora la nota en la isla de la cocina, solo sigue a donde sus pies lo están llevando.

Teme abrir la puerta, por que, podría estar vacío adentro.
Y lo está.

El portarretratos está descansando tirado en el piso, el clóset está abierto y vacío en su mayoría, la cama destentida, bueno al menos le dio buen uso antes de dejarle, ¿lo malo? No fue con el.

Cierra la puerta y al fin se recarga en ella.
Deja caer su bolso y se desliza por la puerta, en el piso, sentado y abatido al fin suspira.

Y entonces siente como si le rasgaran por dentro.
Su corazón arde, duele, aún bombea por lo que sabe que esta vivo y bien sano, pero le está doliendo.

El dolor camina a sus brazos y se siente pesado, camina a sus piernas y las adormece.
Probablemente presiona su cerebro y su rostro que se torna en una mueca de dolor.

Maldito corazón, está defectuoso de nuevo.

Esta enfermo.

Cierra los ojos y piensa en su sonrisa, opacaria al sol si pudiera hacerlo. Piensa en su olor tan especial que se impregnaba en todo lo que tocara, espera que le dejara la sudadera extra grande que le prestaba para dormir. Piensa en su voz, en aquella que le acompañaba a cantar cuando tocaba el piano.
Piensa en muchos recuerdos, en muchas cosas, las sensaciones chocan en su cabeza y en su pecho, explota.

54 formas de amarse a uno mismo. (y superar a tu ex en el intento.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora