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Tras salir de la ducha unas horas más tarde, me miré al espejo. Y decidí que se acabó estar triste. Que no tenía derecho. William y yo no éramos nada, ni siquiera habíamos compartido un simple beso. Y él no me debía nada. ¿Era injusto? Sí. Me había prometido amistad invisible. Un señuelo para llevarme a la cama en el que yo iba a caer seguro. Pero se acabó. No iba a dejar que jugara conmigo de esa forma.
—¿Te has caído en el váter? —dijo Danna golpeando con los nudillos la puerta. Sonreí, y salí al cuarto enrollada en una toalla. Riley era la siguiente en entrar, así que se fue. Cogí mi conjunto favorito para salir: un top azul y una falda ajustada blanca con flores azules. Y después, me dispuse a maquillarme mientras el resto terminaba. Yo normalmente empleaba mucho en el maquillaje cuando salía, sobre todo en el de ojos, así que tardaba siempre muchísimo. Por eso cuando bajé, Louis estaba sentado en un sofá charlando con Riley y Alli. Aluciné al ver a Alli porque parecía mucho mayor de lo que era maquillada y con un vestido rojo ajustado. Yo me senté al lado de Louis y le abracé mucho.
—¿Cómo estás? —me preguntó.
—Bien. Hoy vamos a pasárnoslo bien, ¿no? —él me asintió con la cabeza y me sonrió. Entonces llamaron al timbre y yo pensé lo peor. Se me revolvió el estómago—. No te preocupes, no es él —Alli fue a abrir y se escucharon risas masculinas fuera.
—¿Qué pasa aquí? —un chico moreno de piel y muy guapo entró en el salón junto con otro algo más serio y tranquilo, y también, algo menos guapo que él.
—Carla, te quiero presentar a dos buenos amigos del instituto —dijo mi primo Louis—. Este es Zayn —el chico moreno me dio dos besos—, y este Liam —y Liam también me los dio.
—Louis ha hablado tanto de ti que parece que te conozcamos —me dijo Liam riendo. Cuando reía, era bastante más guapo de lo que en un primer momento parecía.
—¿No va a venir William ni Harry? —preguntó Zayn. Sentí una punzada de nervios en el estómago.
—Vaya, qué raro —dijo Liam—. William estaba muy obsesionado con presentarnos a alguien —respiré hondo y me fui de la habitación. Con que, quería presentarles a alguien. No me podía creer haber estado tan ciega. Tres mujeres en la última semana y él quería que fueran cuatro. Y yo estaba a punto de caer en él. Y lo peor es que seguía imaginándome sus ojos mirando dentro de mi cabeza, y su sonrisa, y solo quería caer en la red.
—Carla —escuché a Riley llamando a la puerta—. Hoy tienes que divertirte. William no tiene ni idea de lo que se pierde contigo —abrí la puerta y abracé a mi amiga. Estaba guapísima. Tenía un pantalón negro largo ancho y un bralette de encaje, además de sus labios rojos intensos.
—Se acabó William por hoy —le dije—. Creo que he pensado demasiado en él —volvimos al salón, y Danna ya estaba con un top de ajedrez y una falda negra ajustada que se le ceñía muy bien al cuerpo. Guapísima. ¿Por qué mis amigas eran tan guapas?
