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—Deberíamos salir por el centro, llevamos tres días saliendo únicamente a la puerta de la calle.
Riley propuso ese plan y la verdad que no pudimos decir que no. Había estado tres días únicamente acompañada de William. De hecho, a pesar de que yo textualmente no le había dicho nada a Louis de lo nuestro, sospechaba que ya lo sabía, pero tenía mucho miedo de enfrentarme a su negativa y sus advertencias.
—Sí, es buena idea. Tengo muchas ganas de ver Londres de día —le contesté. Miré a Danna, que asentía, pero como si no estuviera atendiendo a lo que estábamos diciendo.
Danna y Louis en esos días habían estado muy distantes. Tras la negativa de esta última a la propuesta de Louis, él estaba muy dolido y ni siquiera podía mirarle a los ojos. Danna me había comentado que estaba preocupada en el fondo por él.
—Yo no quería que se lo tomara así, no pensaba que estuviera tan colado por mí... —el día anterior, Danna me había pedido consejo sobre cómo afrontar que Louis estuviera tan cabizbajo. Yo no sabía qué podía decirle para ayudarla.
—Si tú no sientes lo mismo por él, no puedes hacer nada. El desamor es lo peor que puede pasarle a una persona, y Louis tiene que aguantar vivir contigo en el mismo techo. No puedes sentirte culpable, es tu decisión y es totalmente respetable.
Alli zarandeó a Danna para traerla de vuelta de su pequeño viaje astral. Danna parpadeó unas cuantas veces, y se sentía desorientada.
—¿Nos vamos hoy al centro, a por unos helados o a pasear? —le repitió Alli.
—Ah, sí. Es un buen plan —Danna intentó sonreir, pero solo le salió una mueca que se asemejaba a una sonrisa—. Pero nada de chicos, Carla —suspiré bromeando.
—Lo sé. Hoy es para nosotras, para poder despejarnos. Voy a avisar a William —saqué el móvil y le escribí un WhatsApp a William. Le dije lo del plan de chicas y lo cabizbaja que estaba Danna. Tenía muchas ganas de estar solo con él, pero hoy era para Danna, y para nosotras. Riley, a pesar de todo, estaba muy confundida, y mi hermana Alli igual. Necesitaban una salida urgente, y yo no podía permitir que estuvieran solas.
Subimos a cambiarnos, y en mi caso, a darme una ducha. Decidí que lo más adecuado para ir cómoda sería unas deportivas con mi tan querido vestido de flores verdes. Iba a entrar al cuarto de baño cuando sonó el timbre. Asumí que alguna de ellas iría a abrir así que entre directa a la ducha. Cogí el gel con olor a limón que usaba Danna porque se me había olvidado el mío fuera, y cuando justamente salí, entro Alli sin llamar. Era una costumbre suya.
—Hermana, está William abajo —me puse colorada y nerviosa. Alli tenía una mueca de enfado, y el ceño fruncido.
—Dios mío, dime que Louis no está —Alli negó, pero aun así, seguía teniendo la misma mueca—. ¿Pasa algo Alli?
