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Me levanto con dolor de cabeza, como si ayer hubiera bebido más de la cuenta

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Me levanto con dolor de cabeza, como si ayer hubiera bebido más de la cuenta. Sin embargo, no probé gota de alcohol. Estaba abrumada por la actitud de William, y pensé que dormir me ayudaría a aclarar todas mis ideas. Estaba equivocada. Me había despertado con la misma sensación de no conocer a la persona que se había metido en mi corazón. Sentía que había dejado entrar a un completo desconocido a lo más profundo de mí. Y me sentía una estúpida por ello. Me restregué ambos vértices de los ojos, y con dificultad intenté levantarme, a pesar de que no tenía la menor gana de hacerlo. Miré el teléfono, y había 23 llamadas perdidas de William. 

—Si piensas en serio que voy a cogerte el teléfono —dije para mis adentros—, estás muy equivocado, William Addams —suspiré, y como cada mañana, fui directa a la ducha. No había nadie en la habitación, ni siquiera sabía qué hora era. No me había preocupado por eso al abrir los ojos. 

—¿Carla, estás despierta ya? —era Riley llamando a la puerta y entrando acto seguido—. ¿Cómo estás? 

Al llegar a casa ayer, estuve sola. De tanto pensar, me dormí llorando, y cuando me desperté estaban ya en casa. Se lo conté todo, y fliparon. 

—Sí, estoy aquí, estoy bien —salí de la ducha y enrollé una toalla morada en mi cuerpo.

—Ahora bajas, queremos hablar contigo —y como dijo, me vestí con un chándal cualquiera y bajé las escaleras. Louis tampoco estaba hoy. Mis amigas me miraron con cara de pena. 

—Hola chicas, qué tal —me senté en el sofá al lado de Danna. Desde por la mañana, ya olía a vainilla. Era su olor característico. 

—¿Cómo estás, Carla? —me preguntó mi hermana. Sonreí de medio lado. 

—Tengo la cabeza hecha un lío. El comportamiento de William fue tan victimista y manipulador, que no me puedo creer que sea la misma persona que hace dos días. Es muy raro —me eché derrotada hacia atrás en el sofá. 

—Tal vez deberías hablar con él —dijo Danna, y arqueé una ceja. Jamás hubiera pensado que en algún momento alguna de mis amigas se pusiera a favor de William. Era consciente de que le odiaban. 

—¿He escuchado bien? —pregunté riéndome. 

—Yo pienso igual que Danna, tal vez deberías darle una oportunidad de explicarse —dijo también Alli. Seguía asombrándome por momentos. 

—Riley, ¿tú también piensas igual? —miré confusa a mi amiga de pelo castaño. 

—Sí, Carla. Ya lo sabes bien, tú mejor que nadie. William no sabe tener una relación. Sí, su comportamiento de ayer fue victimista y manipulador pero de eso él no se dio cuenta. No sabe querer Carla. Sé que no es tu tarea enseñarle a querer, pero tal vez seas la única persona que puede ayudarle —nos quedamos en silencio cuando Riley terminó de hablar. No sabía qué contestar a lo que acababa de decir mi amiga. Es cierto, tenía razón en todo lo que dijo, pero había algo en lo que no tenía razón. 

Enséñame ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora