Historia Original, personajes de propiedad de Masashi Kishimoto.
Aclaración: Infidelidad (como que últimamente todas tienen esto ¿no? XD), Sexo explícito, lenguaje soez.
Botado
Naruto sonrió al ver a Kiba bailando y casi comiendo a una chica en la pista. Las parejas ya se habían marchado, para hacer su noche más interesante seguramente. La mesa ya estaba llena de botellas vacías y él ya estaba tomando su cuarta o décima botella... Había perdido la cuenta. Estaba por levantarse a buscar una más cuando un botella cerrada apreció en su vista.
Naruto siguió el delgado y pálido brazo que estaba sosteniendo la botella y no pudo evitar sonreír al ver a Hinata. Él tomó la botella y la destapó con el filo de la mesa mientras veía que ella se sentaba a su lado con un vaso de plástico bastante largo y un líquido de color loco. Acomodó mejor su espalda en el respaldo del sillón, llenándose los ojos con las piernas cruzadas de Hinata. Se mojó los labios mientras subía su ojos por su cuerpo, clavándose un tiempo de más en el escote que mostraba dos grandes senos que parecían muy suaves y firmes.
Cuando llevó su mirada a su rostro, ella tenía la fina pajilla en la boca, tomando con cuidado su tragó y sus místicos ojos eran más asombrosos de cerca. Un llamativo color perla, como si fueran dos lunas llenas. Sumado a su maquillaje, parecía una hermosa y peligrosa hechicera.
Hinata sonrió con sus labios gruesos cuando soltó la pajilla, Naruto se chupó el labio inferior cuando ella pasó la punta de su lengua por la pajilla para tomar una gota que estaba por caer.
—Mierda. Eres sexy nena—, dijo sin poder evitarlo.
Parpadeó al darse cuenta que estaba más borracho de lo que tal vez creía, sus palabras habían salido algo arrastradas. A Hinata pareció no importarle, porque sonrió.
—Gracias. Tu también lo eres— dijo ella mirándolo de pies a cabeza, sus ojos se quedaron clavados un poco más de tiempo en su entrepierna. Notando de seguro el comienzo de erección. A Naruto tampoco le importaba.
Él se puso más cómodo, apoyando su brazo en el respaldo del sofá, justo atrás de ella.
—¿No bailas?— le pregunto ya que no la había visto en la pista.
Ella agitó la cabeza con una negación mientras sus dedos jugaban con la pajilla, Naruto notó las uñas color negro y se dió cuenta que su ropa era del mismo color.
—¿Y tu?— preguntó ella con un parpadeo de arqueadas y largas pestañas.
—¿Te cuento un secreto?— le preguntó mientras se acercaba. Naruto respiró su perfume rico y no tan dulce. Disfrutó al sentir su estremecimiento cuando acarició con la punta de la nariz el borde de su oreja—. No quiero tirar los pasos prohibidos— le susurró al oído.
Hinata se río mientras él la acompañaba y se ponía en su anterior posición.
—Oh, si. Ya me imagino. Prenderías fuego el bar con tus pasos prohibidos—, le siguió el juego, dejando su tragó sobre la abarrotada mesa de bebidas.
Naruto la miró seriamente.
—Obvio, no quiero arruinar la diversión de los demás— dijo con falsa preocupación.
Hinata rió un poco más, regalándole su rica y armoniosa risa. Ella se inclinó a él, apoyando su mano en su pecho y Naruto retuvo la respiración cuando ella se acercó a su rostro.
—¿Cómo te gusta divertirte?— le pregunto con la voz sensual.
Naruto miró su boca, tan llamativa y gruesa. Él enredó sus dedos en la nuca de ella y la empujó a qué juntaran sus bocas en un beso para nada tierno. Hinata no dudó en contestarle, le mordió el labio inferior y sumergió su lengua en la boca, sintiendo el gusto a vodka con alguna fruta de su tragó. Él gimió, su sabor era delicioso y quería más.
Dejó a tientas la botella en la mesa, y uso la mano que había quedado libre para acariciar sus piernas. Ella hizo un ruido ahogado mientras su mano subía y bajaba por la piel suave de su regordeta pierna, sus dedos cada vez cavando más arriba por abajo de su falda. Él gimió cuando sintió la mano de Hinata que había estado apoyada en su pecho bajando para cerrarla en su erección completa.
Naruto tuvo que cortar el beso cuando sintió que se quedaba sin aire, miró su rostro con jadeos duros. Estaba muy excitado, jamás se había toqueteando con nadie en público como lo estaba haciendo con Hinata. Pero el lugar era oscuro y ella tapaba lo que estaba haciendo con su cuerpo casi sobre él.
Hinata se mordió el labio.
—Me encanta tu forma de divertirte— murmuró cerca de su boca.
Naruto estaba casi allí mientras ella lo acariciaba por sobre el pantalón. Tal voz podría culpar al alcohol después, pero le pareció una excelente idea terminar de sumergir su mano bajó la falda de Hinata. Siseó al sentir su braga mojada mientras ella hacía un ruido ahogado y apretaba sus dedos en el contorno de su polla.
—Que rico—, siseó mientras sus dedos subían y bajaban por su braga—. ¿Por qué estás tan mojada nena? ¿Mmm?
Hinata arqueó la espalda, pegando sus magníficos pechos contra su torso, Naruto pudo sentir los pezones duros por sobre la ropa y se tragó una maldición.
—¿Por qué tienes la polla dura?— le pregunto con el mismo todo de picardía que había usado él con ella.
—Mierda, nena—, gimio bajo mientras hundía su cabeza en su cuello y le mordía suavemente—. Tengo unas ganas de follarte—, casi gruñó contra su oído, amando sentir su temblor—. Te levantaría está pequeña falda y te correría la braga a un lado y te metería la polla hasta las bolas.
Hinata gimió, perdiendo por un momento su caricia en su entrepierna cuando Naruto metió un dedo en las costuras de su braga y rozó su clítoris.
—Oh, si nena. ¿Cómo eres cuando te corres? ¿Gritas? ¿Muerdes? ¿Lloras?— con cada pregunta apretaba y acariciaba un poco más su clítoris.
La música y la gente dejó de existir mientras entraba más y más en una neblina de lujuria con esa mujer que ni siquiera conocía. Pero no le importaba, él se merecía una noche de pasión.
Mejor si era con una desconocida. No iba a volver a caer en las redes de otra mujer y se notaba que ella quería lo mismo.
¿Qué mejor que eso?
Continuará...
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Botado (NaruHina)
RomanceNaruto está cansado que su novia le dejé botado cada vez que va a una fiesta de universidad. Lo que descubre lo deja más enojado que dolido y se deja guiar por la venganza. Lo que ella no sabe, es que ahora le toca a él... Él que ríe último... Histo...