Capitulo 1

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Narra Natasha:

Aun no puedo creer todos los acontecimientos que tuvieron que ocurrir para llegar a este momento, el día más feliz de mi vida, pues al fin después de tantos obstáculos, dentro de pocas horas caminaré hacia el altar junto al hombre de mi vida.

10 años atrás

Todos sabemos lo duro que es comenzar de cero en un nuevo colegio, pero es incluso más duro tener que empezar de nuevo después de todos los malos ratos que has pasado en las escuelas, luego de todo el bulling, las ofensas y los ataques tanto psicológicos como físicos.

¿Por qué las personas tendrían que juzgar tanto a otras solo por no pensar, actuar o vestirse igual?, eso es algo que nunca entenderé.

El primer día en este nuevo infierno y ya había oído demasiados insultos hacia mi persona, es increíble como puede ser de cruel el mundo. Iba caminando hacia el salón de química cuando por arte de magia aparece un chico en mi camino y chocamos, apenada me disculpe un millón de veces, pero aun así me sentía tan estúpida, en el momento en el que levante la vista nuestras miradas se cruzaron y sentí una leve descarga eléctrica recorriendo todo mi cuerpo, después de volver a disculparme seguí mi camino, pero, aunque quería no podía dejar de pensar en esos ojos verdes.

Al entrar al salón de química el profesor me obligo a presentarme al resto de la clase, y me indicó que me sentara en el único sitio vacío que quedaba. A mi lado estaba sentada una chica pelirroja, a la cual parecía que no le agradaba mucho mi presencia, creo que en algún momento escuche que su nombre era Cintia.

Después de tres largos turnos de clases decidí ir a almorzar algo, al llegar a la cafetería me pude percatar de que toda la escuela estaba dividida en grupos, por lo que opté por la opción más sensata y me senté en la mesa más alejada de todas, luego de unos minutos se sentaron junto a mí dos chicos a los que nunca había visto. Uno era trigueño con ojos pardos y el otro era trigueño con los ojos azules

─ hola, ¿eres nueva? cierto- dijo uno de ellos mirándome detenidamente

─si- dije y los miré extrañada- ¿necesitan algo?

─ perdón por mi falta de modales, me llamo Adrián y este es mi amigo Alexander, un gusto- dijo calmadamente el chico que se identificó como Adrián mientras me miraba y señalaba a su amigo

─ ok- dije aun sin fiarme, esos chicos no me causaban buena impresión- ¿Qué necesitan?

─ solo queríamos conocer a la chica nueva, pero si te incomodamos podemos irnos sin ningún problema

Por un momento, iba a dejar que se marcharan, pero recordé la insistencia de mi madre en que debo relacionarme un poco

─ no, no me incomodan, lo que se me hace raro que quieran conocerme

─ quisimos saber quién era la chica nueva , ¿cómo te llamas?

─Me llamo Natasha

Después de almorzar y charlar un rato me despedí de ambos chicos y me fui a mi salón, y así pasé el resto del día y en la tarde me fui a casa. Al llegar me topé con que mi madre no estaba, aunque no me pareció raro debido a que luego del divorcio mi madre se la pasaba de bar en bar. Cociné algo ligero y cené. Le mandé un mensaje a mamá diciéndole donde podía encontrar su comida y me fui a dormir.

A la mañana siguiente, al bajar a desayunar me encontré con la enorme sorpresa de mi padre sentado en el mueble de la sala

─ ¿Qué se supone que haces aquí? - dije algo alterada, pues no comprendía como tenía el descaro de aparecerse frente a nosotras después de todo

─ ¿es que no puedo llevar a mi bella princesita a comer algo? – dijo haciendo que mis niveles de estrés sobrepasaran los limites

─ en primera hace ya tiempo que dejé de ser tu princesita, o se te olvida lo que hiciste, y en segunda tengo clases a las que asistir por si no lo has notado- nunca pensé que de mi boca fueran a salir esas palabras hacia mi padre, pues aún después de todo sigue siendo mi papá

En ese preciso momento entraba mi madre a la sala y escucho mi conversación con mi padre y no podía creer lo que me dijo

─ no lo hables así a tu padre- dijo como si aún fuera su esposa y lo tuviera que defender, ante todo

─ como puede ser que defiendas tanto al hombre que no solo metió a tu supuesta mejor amiga a tu cama, sino que también te golpeaba, humillaba y te hacia sufrir. Y como si eso no bastara luego te pidió el divorcio y te dejo sin nada, ni tan siquiera un techo para dormir- sin más recogí mis cosas y me fui a la escuela no soportaba un minuto más allí

La Dama de RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora