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Toda la semana había salido con caminar con Cry al atardecer, y ella agradecida ya que se sentía bonito tener una compañía.

Después de tanto tiempo estar sola, se ha dado cuenta de algo, de que le agrada mucho Cry. Es el chico más bueno y tierno que ha conocido hace mucho tiempo.

Romina le interrumpe los pensamientos al entrar brusca a la habitación.

«Daddy issues de the neighbourhood» suena en el parlante a todo volumen.

Babi la mira con sentimientos extraños, su cara esta un poco deformada y la saturación hace que vea los colores mas brillantes. Veo la música por todo la habitación, mis oídos agradecen por la hermosa melodía que viaja conmigo.

—¿Me acompañas ir a comprar al super?

Río baja por ver delfines bailando a su lado.

—Claro.

Enarca una ceja —¿Tienes algo?

—Nada —digo baja levantándome —.Tengo muchas ganas de salir.

—Por cierto, Cry vino a buscarte para decir que no podía ir a caminar contigo.

—Me da igual —paso de ella y cruzo el marco de la puerta —. ¿Nos vamos?

Mi visión fue extraordinaria al bajar el ascensor, sentí demasiado placer en toda mi piel. El lsd es parte de el grupo +18, mi querido amigo que da horas placenteras y el poder sentirte en el cielo con los pies en la tierra. Al llegar al super y cruzar la puerta automática Romina aprieta un poco mi brazo al caminar, siento que se me hormiguea.

—Deja de jugar con Walter, el pesado ese puede aprovechar que andas muy risueña —me suelta y sonrío atontada mientras caminamos.

—Walter no tendrá nunca posibilidades conmigo.

Romina me mira de una forma rara y me confundo, algunas sensaciones ya no son tan agradables; ver las carnes rojas me hace mal. Romina me golpea el brazo y hace una ceña con su cabeza para que mire hacia atrás. Era Walter que se alejaba rapido saliendo del pasillo, huyendo con nubes grises encima de él.

—¿Está triste?

—Te ha escuchado, Babi. Vi como en sus ojos se destrozaron las inexistentes esperanzas —niega —, deberías tener un poco de responsabilidad afectiva. No es tan difícil.

Sus palabras quedaban en el aire con emojis enojados.

—Habla la tía que destrozas corazones a diario porque tiene una relación toxica con un gilipollas —rodeo los ojos y siento que por varios segundos se vuelve oscuro, pero vuelvo a la normalidad.

—No hables así de Manuel —me señala y su dedo se alarga enrollándose como la cola de un cerdo.

—Es la verdad pero eres tan ciega que no lo ves.

A ella parece ponerle molesta porque su cara es remplazada por un emoji de diablito enojado, río por todo. Estas alucinaciones no me pueden dejar de sonreír.

—Vale, iré a hacer las compras sola —se separa de mi dejándome parada y flipando en colores, literalmente.

—¿Y yo? —alzo la voz haciendo un megáfono con mis manos. Mi percepción me hace creer que esta a 500 metros.

—Nos encontramos en caja dentro 15 minutos.

Sus palabras se fueron al igual que ella. El super es gigante, ya veré con que me distraigo.

5 minutos después me encontraba viendo cerca de los almacenes donde solo se permiten que entren empleados o encargados del lugar una taza celeste. A mi me gusta el celeste, mucho, es mi color favorito. Es tan limpio, tan bello, tan angelical, por eso me gusta mi uniforme del psiquíatra. Por las mañanas estudio enfermería online, trabajo por las tardes en un psiquiatra, camino con Cry en el ocaso y en las noches me hundo en helado y veo películas o salgo a fiestas.

cocaína; xcryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora