Si decides amarme [MLB]

1.3 Cariño

Hace cinco meses.

— Se quedó dormido — musitó la mujer al acariciar los finos y dorados cabellos de su torbellino de travesuras.
Ahora estaban solos, al menos conscientes y viendo el final de Luca, la película. Debieron imaginar que pasaría algo por el estilo, pero no podían decirle no a unos ojitos tan suplicantes.

Casi se acaban el bote de palomitas acarameladas aunque Luka tenía uno más pequeño para las de mantequilla con salsa que tanto le gustan. 
La luz del televisor pintaba sus rostros y escuchan las voces de los personajes al fondo, en un volumen mediano.

— ¿Quieres que lo vaya a recostar? — preguntó el masculino.

— No, no te preocupes, yo lo llevo — sonrió dulce, recibiendo un beso en la frente como respuesta o tal vez ánimo.

Se paró con sigilo para tomar en sus brazos al pequeño niño al cuál llevó hasta su habitación, arropándolo y susurrándole cosas tiernas para que permanezca dormido, pero prontamente se quedó admirándolo. Hugo es un niño precioso, sumamente bello, no lo decía solo por aquél delicado rostro ni por el color de su cabello, sino porque sentía su corazón latir junto con el de ella, porque su risa la llena y su amor le bastaba.
¿Así es como se siente ser mamá?

Volvió a encontrarse con Luka, sentándose ahora a su lado. No sabe cómo o desde cuándo aquella cercanía se volvió intima y los besos sobre su piel y los susurros sobre la misma le hacían sentir bien, relajada, libre.
Lo que sintió por Luka en ese instante fue diferente, sus labios también eran dulces y sus manos podían hacer arder su piel.

Era más un secreto su habitación, pero él la mantenía como un juramento.
Se cubrieron con la sábana, agradeciendo su frescura y suavidad.
Ella Permaneció mirándole en silencio por varios segundos y él tampoco pronunció algo, solo deslizaba su índice por el brazo ajeno, trazando un camino invisible y dejando cosquillas por su paso.

— Luka... — llamó su atención, y los ojos turquesas se posaron sobre los océanos. Tal vez ella noe amaba como él la ama, pero esperaría todo de ser necesario. Al menos eso era lo que él creía.— Te quiero, y muchísimo.

Eso le hizo sonreír ampliamente y ahora nada podría quitarle aquél gesto de su rostro.
Marinette no sentía dolor, tampoco pérdida o traición, solo un sentimiento que crecía al paso de los días y que se consolidada con cada gesto, acción, con cada palabra que el masculino le dedica a su vida.

Le atrajo a su cuerpo, aún un poco sudado por el evento anterior, pero ella le abrazó con delicadeza hundiendo su rostro en el hueco de su cuello y aspirando su olor a perfume Hugo, sudor y el amor, como si fuera poesía.

Su rostro buscó el de él y se encontraron como si ambos hubieran pensado en lo mismo al mismo tiempo. Sonriendo divertidos, pero prontamente esa sonrisa fue algo más y fundieron sus labios en un beso necesitado, está vez, ella le atraía a él y se escondían debajo de las sábanas donde las paredes no podrían verlos ni decir nada de ellos.

Y ahora ese fue su secreto, mientras ambos se sostenían con juramento.

| Notas del Autor:
¿Quiero hacerles amar este Lukanette? Sí, porque la verdad lo amo. 🥺❤️
Esperen el siguiente capítulo muy pronto, ya lo estoy transcribiendo. ✨