2

30 3 0
                                    

Remontándome en esa época perdida en la que esporádicamente tuve momentos de efìmera felicidad, puedo percibir el cántico de Jualianne en las madrugadas frías con grandes relámpagos.

Llegan a mi mente vagas memorias de la persona que fue mi madre. 

Bueno, nunca la llamé así. 

A los 5 años, no son muchos los recuerdos que puedo capturar. Mi psicólogo explicó que mi cerebro decidió bloquear esos momentos por lo duros que fueron.

Por mi parte, aún recuerdo los gritos de papá al decir que Julianne era una perra.

Decía que las mujeres estaban programadas para concebir y jugar con los hombres. 

Mi hermana, Anne,  temblaba de miedo y yo la cuidaba. 

Papá me señaló que era mi deber no permitir que se volviera igual a mamá. Y que antes de que se fuera a descarrear, debía ser yo quien la realizara en una mujer. 

Él era el pilar de nuestro hogar, yo quería enorgullecerlo, hacerle saber que su palabra era ley para mí. 

Por eso el día que las súplicas y sollozos de mi madre eran tan fuertes e intensos porque la salvara de su destino, estuve inexpresivo e impávido viéndola trascender en su lecho de muerte. 

Siempre esperó por mi parte algún tipo de afecto, una palabra de cariño como ''Te quiero'' o ''Te amo''. 

Nunca recibió nada de eso por mi parte, su consuelo era mi hermanita, aunque, después de la muerte de Julianne, no volvió a ser la misma niña. 

A los meses de aquel acontecimiento, no pudo más con el calvario que le tocó y se suicidó.

Viviamos en una zona retirada, con una gran extensión de terrenos baldíos. Por eso no significó gran problema para deshacernos de las integrantes de nuestro núcleo familiar.  

Con el transcurrir del tiempo, padre me dio lecciones importantes. Eramos un dúo dinámico.

Quizás me estaba preparando para lo que me deparaba el destino.

El único momento en que logré sentir algo de dolor fue el día que padre murió de un infarto fulminante.

Me volví aún más hermético, y la soledad era mi mejor compañía. 

Bueno.

Así era, hasta que ella apareció en mi vida. 



ElisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora