¿Que pasaría si Hawks por fin se diera cuenta de que el héroe que idolatraba era en realidad un monstruo de puras apariencias?
¿Que pasaría si ese héroe que una vez le salvó la vida y su inspiración a convertirse en lo que era ahora él le arrebatará...
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Hawks podía describir a Touya de muchas maneras, demasiadas.
Touya era una persona energética, amable y siempre llevaba una sonrisa en su pálido rostro. Ayudaba a los perritos y gatitos perdidos de la calle, acompañaba a las personas mayores a cruzar la calle y si había falta le llevaba las compras. Era ese tipo de héroe que la gente no apreciaba, a la que pocas veces te detienes a ver correctamente.
Las personas son seres mayoritariamente ciegos, aprecian lo que quieren.
Sin embargo Dabi era lo opuesto a su pequeño Touya. Nunca sonreía de verdad y sin cinismo, odiaba a la gente dándole igual si los conocía o no. Detestaba la lentitud y era un vago en su totalidad; algo hipócrita de su parte. Era un ser incomprensible.
Aún así eran la misma persona, no había diferencia entre el niño que conoció en su infancia y al adulto que tenía ahora con la cabeza apoyada en sus piernas.
Llevo sus dedos al cabello del villano desenredado lo que sus dedos enganchan a su paso, Dabi no le reprochó a si que no se detuvo.
— ¿Hace cuanto no te retocas el cabello?— pregunto al ver grandes raíces de color blanco
— Ni idea— volteó a ver al rubio y esté sonrió por ver como le quedaba el moñito parte arriba que le había echo
— Parecen canas, pareces un viejo y eso que solo tienes venticuatro años— acarició suavemente la mejilla de Dabi y esté se levantó rápidamente
Hawks lo miro sorprendido, ¿acaso lo había incomodado?. No, dudaba que fuera eso. El pelinegro se dirigió a paso lento al baño y Hawks como buen pájaro curioso que era fue tras suyo.
Dabi comenzó a sacar unos cuantos utensilios de una bolsa de compra, parecía muy concentrado en lo que estaba haciendo por lo que Hawks "el pájaro curioso" se metió en el baño y se sentó en la repisa de la bañera que había en el cuchitril donde el villano vivía.
Sus ojos analizaban cada movimiento que su contrario hacia, desde abrir una caja y sacar un botecito de color negro hasta como lo vertía en un pequeño cuenco mientras lo removía con una pequeña paletina de tinte.
— Podrías ayudarme en vez de estar ahí sentado sin hacer nada— el rubio nego inmediatamente, le parecía entretenido ver como el pelinegro se intentaba retocar el color
Dabi suspiro cansado, rodó los ojos y volvió a lo que estaba haciendo con anterioridad. Puso la toalla que usaba para este asunto y se puso los guantes para no acabar con las manos negras del pigmento que él se echaba. Miro fijamente la paletina llena de una porción de color negro y pesadamente se la llevó a su cabello separando pequeños mechones.
— Me gusta tu pelo blanco, me recuerda a las nubes— Dabi paro lo que estaba haciendo y miro al rubio, el cual estaba ahora levantado al lado suyo— también me recuerda cuando jugábamos con la nieve que tanto odiabas
