Capítulo 2: ¿Mi historia con Melinda?
Estábamos en clase platicando, todos nos sentábamos cerca, ocupábamos los últimos asientos de las filas. Yo estaba hasta atrás y frente a mí estaba Ángel, antes él estaba detrás de mí pero tuvimos que cambiar de lugar cuando él aceptó que no veía casi nada lo del pizarrón , para mí era mejor, prefería estar atrás así podía acercarme discretamente a oler su perfume que me derretía.
Otra maña mía, me derretía por completo el perfume de los hombres, podría usarlo yo, pero no lo hacía porque lo más probable es que me la pase teniendo cara de orgasmo las 24 horas del día y ¡Qué pena, ¿no?!
Rafa y yo estábamos haciendo chistes de Jessica, ella se sienta al lado de mí y había faltado ése día, así que nos la pasábamos diciendo posibles enfermedades que podía haberla llevado a faltar a clases.
- Una ardilla la atacó y obvio le dio rabia – dijo muy seguro.
- Ni de pedo, obviamente le dio varicela – dije con obviedad.
- A nadie le da varicela a los 16 años – replicó Rafa.
- ¿Tú cómo sabes? Eres el wey con el coeficiente intelectual más bajo del salón entero – le dije en tono burlón.
- Discúlpeme, señorita “el profe me puso 9 en lugar de 8, conmadre, nadie diga nada” – me señaló una ocasión en que el profesor se equivocó al darme mi calificación en la boleta.
- ¡Sólo fue una vez!
- No inventes, en los exámenes te pasa igual – me dijo cruzándose de brazos.
- Es que el profe Rodríguez quiere que Adara le pase un video porno de asiáticas teniendo sexo con un pulpo y sabe que ella debe tener alguna prima bien puta – comentó Ángel riendo – pinches asiáticos son bien raros.
- ¡Que no soy asiática, pendejo! – le dije dándole un zape en la cabeza.
El grupito entero rió a carcajadas y el profesor nos calló. Todos intercambiamos miradas mientras aguantábamos la risa. A los pocos segundos entró una chica al salón, nadie la conocía.
Rafa le dio un ligero golpe al hombro de Ángel y le dijo:
- Mira, wey, chica nueva.
Yo alcé la vista y examiné a la chica.
Cabello castaño debajo de los hombros color negro, piel blanca y ojos claros (eso lo supe después que la vi de cerca, porque obviamente no iba a notar ese detalle estando hasta el final de la fila), era delgada, no tanto como lo era yo, pero tenía curvas. Se veía algo intimidada, seguramente porque no conocía a nadie.
Me puse de pie y me acomodé la falda, la verdad ni necesitaba acomodarla, sólo necesitaba una excusa para estar de pie y ver la cara de Ángel, él la miraba sorprendido, al principio pensé que posiblemente la conocía, luego pensé “seguramente le gusta” y eso me lastimó.
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Y Si Hubiera...
Teen Fiction¿Has leído ésas historias de triángulos amorosos? Bueno, la mía es algo parecida. Estoy enamorada de Ángel, pero no soy la única, pues mi mejor amiga Melinda también está enamorada de él. Lamentablemente Ángel ni siquiera se fija en mí, sino en mi m...