-¡Minghao! -Jun gritó desde la puerta. -¡Vamos, se hace tarde!
Minghao solo le dirigió una sonrisa de dragón, después se alzó sobre sus delgadas patas traseras para acomodarse en otra ridícula pose. Se dejó caer felizmente sobre el pasto, rodando con las patas en el aire y su cola azotando en todas las direcciones. La cola de Minghao por poco destruye uno de los pequeños árboles de manzana,, los cuales la madre de Jun había plantado dos años antes, después de que Minghao y Jun destruyeran los anteriores con un aterrizaje fallido.
-¡Oye, deja de hacer eso, grandulón! -Jun le reprendió, riendo. Ambos se meterían en graves problemas si destruían los arboles otra vez, pero las payasadas de Minghao eran demasiado graciosas.
-Mrr - Minghao le informó, poniéndose de pie. Se dio la vuelta agitando su trasero en el aire con la cabeza inclinada hacia abajo, mirando a Jun expectante.
-No, no voy a montarte ahora -Jun protestó, sonriendo mientras se recargaba en el marco de la puerta. - ¿Lo ves? Está oscuro -Jun apuntó hacia arriba, donde la luna se había levantado y las estrellas comenzaban a hacerse visibles, una por una.
Minghao bufó, meneando la cola.
-No -Jun dijo, intentando escucharse severo. Era tentador ir a dar un paseo con Minghao antes de dormir, el viento silbando en sus oídos mientras surcaban el cielo estrellado, pero eso podría meterlos en problemas con Xiang.
-Jun -Xiang le llamó desde algún lugar de la casa. -¿Están a punto de irse a la cama, cierto?
Jun hizo una mueca. -¡Por supuesto, mamá! -a veces Minghao y él sospechaban que la madre de Jun podía ver a través de las paredes o leer la mente, pero ella simplemente le daba palmaditas en la cabeza y lo negaba cuando Jun le acusaba de ello. Jun volteó a ver a su dragón, quien simplemente se tiró al pasto de nuevo para rodar por un rato más. -¿Minghao, quieres dormir adentro esta noche o...?
Ni siquiera había terminado la frase cuando Minghao gruñó, se puso de pie y se lazó hacia la puerta. Jun dejó escapar un pequeño grito y se hizo a un lado para tratar de esquivarlo, pero Minghao hizo un movimiento sorpresivamente ágil para una criatura cinco veces del tamaño de Jun, y se abalanzó sobre él. Ambos cayeron al piso a pesar de los esfuerzos de Jun de mantenerse en pie.
-Minghao -Jun se quejó cariñosamente, frotando la parte inferior del cuello de Minghao mientras éste dejaba húmedos besos de dragón por todo el rostro de Jun. -Acabo de bañ - ¡Ugh! No, no quiero lengua de dragón en mi boca, gracias.
Cuando Minghao decidió que Jun ya había recibido una cantidad apropiada de amor, lo dejó levantarse. Inmediatamente, Minghao se encogió. -¿Recordarás mantener tus alas en su lugar esta vez? - Jun preguntó y Minghao asintió efusivamente. -Okay.
Jun echó una pierna sobre la espalda de Minghao y recostó su pecho sobre sus alas dobladas a los costados, envolviendo sus brazos alrededor del cuello de Minghao. Tenían suerte de que los Dark Arias como Minghao no tuvieran una cresta espinosa en su dorso, sólo fila tras fila de escamas impenetrables. Así que Jun no siempre tenía que preocuparse por usar una silla de montar, a diferencia de la mayoría de los entrenadores de dragones, quienes tenían que ensillar a sus dragones si querían mantener sus partes privadas intactas.