-¿Tuvieron suerte? -preguntó Xiang.
-No -Jun murmuró desanimando. Pero de hecho, él se sentía aliviado de que Minghao no hubiera encontrado a nadie que le gustara. Eso significaba que Jun tendría a Minghao para él solo una noche más, y tal vez, en los rincones más profundos de su mente, Jun incluso podía pretender que la anciana tenía razón y que Minghao lo deseaba a él.
Heng apartó la vista de lo que estaba leyendo. -¿Pero qué les pasó? -preguntó, mirándolos de arriba a abajo.
-Oh. Minghao saltó en un charco de lodo -Jun respondió-. Y después sobre mi -Jun había estado presumiendo las habilidades de Minghao a Jihoon y diciéndole lo hermoso que era, cuando Minghao se alejó de él y decidió que era buena idea rodar por el lodo. A Jun casi le da otro infarto, cuando pensó por un momento que Minghao había escogido a Jihoon como su pareja. Pero luego Minghao saltó una vez más a los brazos de Minghao, sonriendo, y retorciéndose, y ensuciando la ropa de Jun con lodo.
-¡Quítense los zapatos! -Xiang les ordenó, y después vio los pues sucios y descalzos de Minghao-. Y dale un baño, Jun. Ahora.
Minghao le dio una sonrisa radiante a Xiang, y caminó felizmente hacia el baño junto con Jun, quien cerró la puerta detrás de ellos para darle a Minghao un poco de privacidad. -Supongo que mañana podemos salir y buscar de nuevo -Jun suspiró y abrió la llave para llenar la tina. Lim, el dragón de Heng, calentaba el agua para ellos, así que siempre podían disfrutar de duchas calientes a cualquier hora-. Minghao, um, deberías... quitarte la ropa -Jun sugirió, pero Minghao ya se había quitado la camisa y estaba por hacer lo mismo con los pantalones. Y pronto haría lo mismo con la ropa interior, Jun pensó, hasta que recordó que Minghao no estaba usando nada debajo de los pantalones.
-Y ahora si recuerdas como funciona la ropa -Jun se quejó, tratando de no mirar.
Minghao miró a Jun por encima de su hombro, entrecerrando los ojos para verlo a través de sus pestañas. Sin su consentimiento, los ojos de Jun viajaron por todo el cuerpo de Minghao, de manera lenta y sin prisa para poder apreciar cada detalle. El cuello de Minghao era largo y elegante, con el símbolo de la familia Wen tatuado en la nuca; las partes de su espalda que no estaban cubiertas de lodo eran pálidas y suaves, sus omóplatos sobresalían ligeramente como pequeñas alas, y había dos pequeños hoyuelos justo sobre sus glúteos, uno a cada lado de su espina dorsal. Jun se estremeció. Él quería poner sus pulgares allí y acariciarlos lentamente, de preferencia mientras besaba el símbolo en la nuca de Minghao.
-Mmm -Minghao suspiró.
Jun devolvió la vista hacia el rostro de Minghao. Y entonces miró hacia la tina y dejó escapar un pequeño grito. Se apresuró a cerrar la llave, ya que la tina estaba a punto de derramarse. Jun estaba seguro que no había estado observando a Minghao por tanto tiempo. De hecho, ni siquiera debería estarlo mirando en absoluto, se recordó-. Lo siento -Jun se disculpó, manteniendo sus ojos fijos en los pies de Minghao-. E-es sólo que t-tú eres... -Jun señaló el cuerpo entero de Minghao sin estar muy seguro de lo que quería decir-. Um, hora de bañarse...