Capítulo 2.

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¿Que. Paso. Anoche?

Volteo hacía todos lados y estoy en mi habitación, Veronika no está, las persianas están cerradas lo cuál me parece extraño porque yo nunca las cierro...Y Veronika menos.

¿Segura que está es tú habitación, Lana?

Vuelvo a echarle otro vistazo a mi alrededor y si, está es mi habitación, lo sé por los posters de The Fray y de 5 Seconds of Summer que hay pegados en las paredes, además también hay fotos de Veronika y yo por todos lados como de costumbre.

¿QUE PASO ANOCHE, LANA?

La cabeza me duele un poco y... Poco a poco empiezan a torturarme imágenes fragmentarias de la noche. Canté, la borrachera, Ashton, vomito por todos lados...Oh no, que vergüenza.

No recuerdo cómo he llegado aquí. Maldita sea, echo un vistazo a la mesita de noche. Hay un vaso de agua, dos pastillas, mi celular y una nota.

"No deberías tomar así, Lana, te pusiste en peligro, menos mal estuve allí, tomate las pastillas, por el amor de Dios, nos vemos luego en la Universidad.

Att: Ashton Miller."

Me incorporo en la cama y me tomo las pastillas. La verdad es que no me siento tan mal, pero si tengo muchísima vergüenza. 

Oigo unos golpes en la puerta. El corazón me da un brinco y no me sale la voz, pero aun así Veronika abre la puerta y entra radiante como siempre.

—¿Y?— Pregunta alzando las cejas.

No sabía que decirle. Me siento como una niña de dos años. Si cierro los ojos, no estoy.

Tragame tierra y escupeme en marte...

—No sé como he llegado hasta aquí. —Digo en voz baja.

Vero no aguanta y comienza a reírse a carcajadas, sip, definitivamente ella sabe algo.

—Te trajo el papasito de Ashton Miller, estabas muy ebria, vomitaste, él estuvo contigo en ese momento, entraron juntos al bar, tú te quedaste en la entrada, Ashton nos aviso que te traería a la residencia y cuando estaban a nada de irse, te desmayaste en sus brazos como una princesa.

La sangre me subió a las mejillas y baje la cabeza, más nunca volveré a tomar

—No quiero verlo...—Chille avergonzada.

—Y con eso confirmo que te gusta— Rió sentándose en su cama.

 —¡Que no!—Exclamé.

Veronika alzó las manos en señal de rendición y luego hizo una mueca.

—No lo puedo creer.— Se paro de su cama y agarró la nota que Ashton dejo en la mesita de noche—"No deberías tomar así, Lana, te pusiste en peligro, menos mal estuve allí, tomate las pastillas, por el amor de Dios, nos vemos luego en la Universidad. Att: Ashton Miller."— Leyó.

Enterré la cara en la primera almohada que me encontré para que Veronika no viera que en estos momentos parecía la madre de un rudolph.

—No te avergüences, Lana. No fue una muy buena impresión pero lo importante es que al desmayarte le confiaste tú vida y no te hizo nada. Hasta una nota, pastillas y agua, de hecho hasta cerro las persianas.

 Voltee a verla y la fulminé con la mirada.

—Bueno, venga ya, Lana, párate de esa cama y arréglate, puedes hacer dos cosas en lo que queda de semana, esconderte para que Ashton no te vea, o afrontar las consecuencias de tú borrachera. No creo que él te diga algo para que te sientas incomoda, pero puedes hacer una de esas dos cosas.

Los Colores Del Cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora