Quiero estar contigo todo el día
Sin cambios de ánimo, solo llenos de felicidad
Lloraste ayer pero estoy feliz de que te sientas mejor
Las brillantes lágrimas en tus ojos mojados son diamantes
Felix es un idiota. El extrañaba a Minho y aún así no hacía nada para buscarlo y tenerlo entre sus brazos de nuevo. A pesar de que invadía su mente a cada segundo, que solo deseaba hablar tonterías con él, besarlo hasta que el otro le pidiera que parará y aún así seguir mimandolo.Hacía una semana que no sabía del contrario. Una puta semana donde era lo único en lo que pensaba.
Cada situación que se le presentaba, cada pensamiento que tenía, cuando escuchaba música, cuando soñaba, cuando miraba a la nada, solo podía pensar en él.
Pero es un completo idiota. En su mente se veía tan fácil pero justo cuando estaba a una esquina de encontrar la casa del pelinegro se arrepentía.
Si bien era él el que se había enfadado sentía que Minho era el que tenía la decisión final de si quería volver a verlo. Siempre era Minho.
Tal vez solo porque era más fácil darle el mando de la relación al otro cuando eran los dos quienes deberían aportar y sacarla adelante.
O tal vez simplemente tenía miedo de enfrentarlo y terminar cagandola.
Estaba aterrado. Se preguntarán de qué.
Simple. El rubio sentía que dependía de un hilo. Literalmente.
Sentía que si veía a Minho, que si el mayor evitaba su mirada, que se apartará de su tacto o se mostrara indeferente él no tendría la suficiente fuerza para reclamarle que lo mirara por unos segundos.
Se sentía débil e inútil. Sentía morirse, por todo.
Su semana sin Minho simplemente no pasó. Quiero decir, él no sentía que hubiera vivido durante esa semana.
Respondía cortante a sus amigos y familia cuando se acercaban a él. Repelía a su hermana cada vez que está se acercaba, suficiente era con que la pequeña le tuviera miedo solo con mirarlo.
Todos lo sabían, Felix había cambiado. En verdad, Felix ha cambiado demasiado su forma de ser. Solo que por primera vez están siendo conscientes.
Primero, era un niño alegre, o eso le decían. Aunque en sus videos de cuando pequeño se mostrará indiferente ante los otros, solo bastaba con que su tía o alguno de sus primos mayores apareciera para que el pequeño se viera tan feliz que parecía estallar.
Segundo, creo que todos hemos pasado por la etapa donde queremos ser aceptados por los demás niños a nuestro alrededor. Habrá quien diga que no le importa, eso es mierda.
Todos esperamos encajar en algún lugar. Dejó de ser aquel niño que no tenía filtro para parar de hablar, para pasar a solo hacerlo cuando alguien le preguntará y le diera permiso. La falta de apoyo de su madre en el ámbito escolar también hacía que los niños de la escuela lo vieran con lástima. Él lo sabía, él era el pringado que debía quedarse solo en las fiestas cuando los demás estaban divirtiéndose y llenado de orgullo a sus padres por sus buenas calificaciones. Siempre se quedaba solo en una esquina o se escapaba del aula para deambular hasta que llegara su abuela a recogerlo.
Tercero, Felix comenzó a notar que sin importar que tanto se diera a notar en la escuela no era suficiente para que alguien lo notara en casa. Bueno, tal vez si lo hacían, pero el solo quería que su madre dedicará por lo menos más de cuatro segundos en él o que su padre lo visitará más a menudo. Cuando cumplió siete años su madre le presentó a su nueva pareja. Todos les decían que debía intentar llevarse bien con él para hacer feliz a su mamá. Él hizo caso, al menos lo intento. Con el tiempo notó como el hombre insistía en que le hiciera caso o como Felix lo veía "que fuera su mensajero personal". El tipo lo mandaba a él —un niño de 7 años— a lugares alejados de su casa solo para comprar una caja de cigarro o una botella de alcohol. Pero no podía hacer nada, su madre comenzó hacer lo mismo. Al menos ella le hablaba bonito a la hora de pedírselo y no le hablaba como si hubiera cometido un crimen y estuviera a punto de golpearlo. Quería pensar que al menos no era una molestia para su abuela.
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𝑪𝒂𝒖𝒔𝒆 𝑰 𝑳𝒊𝒌𝒆 𝑼 좋으니까 ㅣ 𝑴𝒊𝒏𝑳𝒊𝒙
Fanfiction𝐌𝐋 ㅣ 𝐓𝐮𝐬 𝐨𝐣𝐨𝐬 𝐥𝐥𝐞𝐧𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐟𝐞𝐥𝐢𝐜𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐬𝐨𝐧 𝐥𝐚́𝐠𝐫𝐢𝐦𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞 𝐝𝐞𝐫𝐫𝐚𝐦𝐚𝐫𝐚́𝐧 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐚 𝐦𝐚́𝐬 𝐥𝐢𝐠𝐞𝐫𝐚 𝐬𝐚𝐜𝐮𝐝𝐢𝐝𝐚. -Hyung, tengo miedo de que un día te vayas y no pueda encontrarte. -A donde sea...