Mi último Deseo

01

01: La búsqueda de chocolates

No recordaba que la cama del hospital fuese tan incómoda, llevo cinco horas acostada esperando que se acabe el suero que me han puesto, vuelvo a mirar como el líquido transparente cae gota a gota y pasa por el suero hasta mis venas.
Cuando era pequeña le tenía miedo a las agujas y a todo esto, pero fui creciendo y comprendí que esto era parte de mi vida.
Después de una hora más mirando el suero, siento la puerta abrirse y sonrío al ver a Rita que acaba de entrar.
— ¡ Te quedan bien esas canas! — la saludo y ella sonríe por mi ocurrencia. Rita es una de las enfermeras que me atienden desde que tengo memoria, es con la que más confianza tengo en este hospital.

— vengo a quitarte el suero Hope — dice acercándose a mi y quitando suavemente la aguja que atraviesa mi vena. —  ¿ Cuéntame que tal tu año fuera del hospital ?

— Fingir tener una vida normal es lo máximo, pero ya extrañaba estas cuatro paredes —  el sarcasmo en mi voz es evidente.

— Tienes una vida normal, sólo que no unas vacaciones normales. —Habla, mientras coge el suero ya acabado y camina hacia la entrada.

— ¡ Rita! — la llamo y voltea a mirarme — ¿ Podrías traerme algo de Chocolate? — le hago pucheros.

— Tienes una dieta que seguir —  me regaña.

— Siempre dices lo mismo y al final me traes el chocolate —  le sonrío con satisfacción.

—  Está vez no hay chocolate para ti —  camina hacia la puerta y desaparece.

Estoy completamente segura que dentro de diez minutos voy a ver a Rita con algunos chocolates escondidos entre su uniforme.
Tomo el mando del televisor para poner algo que ver mientras espero mis apetitosos chocolates.

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He terminado la película más cursi del mundo y todavía no hay señales de vida de Rita así que decido ir a por mis chocolates.
Antes de salir de la habitación voy al baño y abro el grifo de la ducha, por si llega a entrar alguna enfermera piense que me estoy dando un baño.
Salgo algo apresurada para no ser vista, ya he pasado 3 habitaciones cuando voy por la B9, veo que una enfermera viene por el pasillo.
Así que el impulso hace que entre a esa habitación. — Eh, disculpa no a sido mi intención entrar así a tu habitación — digo apenas entro, pero no recibo respuesta alguna.
Cuando me giro veo un chico rubio lleno de aparatos. — Espero que estés teniendo un bueno sueño —  le hablo — Bueno, disculpa yo en realidad andaba en busca de chocolates, pero vi a una enferma y tenía miedo de que me regañara por andar por los pasillos así que tuve que entrar así de repente a tu habitación — sigo hablando con el chico y casi me falta el aire lo rápido que estoy hablando.

De repente siento la cerradura de la puerta y corro hacia el baño para no ser descubierta.

— Hola, Kodha vengo a cambiarte el suero y a revisar tus signos vitales — escucho a la enfermera hablar y casi me da un ataque de risa al escuchar el nombre del chico, es un nombre más absurdo que él que mi padre escogió para mí, pero Kodha me gusta, es original.

Creó que la enfermera hizo más que revisar los signos vitales de chico del coma, porque demoró más de treinta minutos y yo tuve que sentarme el la tasa, rezando tres padres nuestros para que a esa enfermera no se le ocurriera abrir el baño.

Después de una larga espera escucho la cerradura abrirse así que salgo lo más rápido posible del baño.
Y me detengo unos minutos a observar al chico, se ve tan frágil y sólo en esa cama rodeado por tubos y cables.

— Adiós, chico — le digo como si pudiese escucharme y salgo lo más rápido que puedo de su habitación.

Voy lo más rápido posible por los pasillos para que nadie me note. Cuando veo a Rita que va entrar justo a mi habitación así que seré pillada por los pasillos.

— Rita — la llamo, prefiero llamarla que me coja infraganti y descubra que entre a una habitación.

— ¿ Qué haces afuera de tu cuarto ? — pregunta algo molesta.

—Solo salí a ver si tú venías. — le hago un giño.

— Te había dicho que no hay obsequios para ti, tienes dieta Hope.

— De todas maneras me voy a morir, uno solo no me va hacer más daño —le ruego pero ella voltea sus ojos en señal de enojo. — Está bien, yo no comeré más chocolates, pero ahora si me disculpa voy a pasar a mi habitación y voy a fungir que estoy de vacaciones.

— No deberías seguir con eso.

La verdad es que lleva razón, desde que me diagnosticaron leucemia hace 3 años atrás, he engañado a mi mejor amiga, le hago creer que en las vacaciones me voy fuera de la cuidad, lo cual no es tan mentira porque el hospital está en otra cuidad, solo paso por alto el hecho de que no voy de vacaciones.

— Solo dame diez minutos a solas por favor.

— Solo diez minutos porque dentro de un rato te traigo la comida y unas cuentas pastillas.

— Vale. — le sonrío

Al fin Rita se va y yo puedo entrar a mi habitación.

Buscó en el closet mi peluca y me la coloco, no me apetece que Samy me vea sin pelos.
En realidad no me apetecía llamarla pero ya no quería ocultarle más cosas a Rita así que convertí mi mentira en realidad.

Tomo mi móvil, y me siento en el sofá así no podrá notar que estoy en un hospital y llamo a mi amiga por FaceTime.

— Hola guapa. — Me saluda apenas responde la llamada. —Un día sin mí y ya me extrañas.

— La verdad es que si, este lugar es muy aburrido sin ti.

— Bueno, dejemos la ñoñería — me regaña — ¿¡ Adivina quien vino de vacaciones al vecindario?!.

Por su emoción estoy completamente segura de que es Andrew — Oh, deja adivinar : es alto, moreno, de ojos verdes, labios gruesos, pelo rizado, sonrisa sexy, cuerpo atlético, con coche de lujo y un pene inmensamente grande — repito todos los adjetivos que llevo escuchando por meses.

— ¿ Cómo supiste?

Pienso que mi amiga es boba. — El único chico que te gusta es él, además la emoción en tu voz y esos ojos brillantes sólo tienen un nombre : Andrew Cooper.

—  No dejas que le ponga intriga a mi primer chisme de vacaciones.

Comienzo a reír como una loca por su cometario — Eso no es un chisme Samy, un chisme sería si te enrolladas por fin estas vacaciones con él.

— Dios te oiga, y escuche mis plegarías.

— Rezaré por ti amiga.—  le sonrío, pero mi rostro se contrae cuando escucho la cerradura abrirse y como acto reflejo termino la llamada con mi amiga sin decir adiós.

¡ Primer capítulo !