Capitulo 1

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Cassandra Stone.

Hoy era el gran día, o bueno, mi Mamá decía eso, ella a pesar de que según "me quiera", deseaba con ansias deshacerse de mi, claro, tener una hija adolescente que te recuerda a cada rato que puede, que su vida es un asco. Mercedes, era hermosa, su cabello rojo hacía que resaltaran sus bellos ojos verdes con una pizca de azul. En cambio yo... Pues bueno, no me quejo.

Ya quería irme, me estaba impacientando, moría de ganas de ver a David y Papá, tenía demasiadas ganas también de ver a Alex, el mejor amigo de mi hermano. La última vez que lo vi, se quedo con la idea de que estaba enamorada de él. Puede que un poco, pero ni tanto, es mas como un segundo hermano que un amor.. Eso creo yo.

- Ya voy, Cassandra. ¿Tantas ganas tienes de irte de mi vida? - hizo un puchero, mientras yo pensaba: «si».

- No mamá, como crees. -me acerque a abrazarla, porque aunque pensemos distinto, yo siempre la iba a querer, a pesar de todo. - te amo mamá, prometo llamarte en cuanto llegue a casa de papá y David, ¿si?.

- Bueno amor. -dijo cerrando los ojos y apretando un poco sus labios, ella iba a llorar. Así que corrí a darle un ultimo abrazo para que supiera que la iba a extrañar. - te amo hija, quiero que te cuides mucho, y no olvides que te amo.

Me separe de ella sonriéndole prometiendo que la llamaría lo más rápido que pudiera, y corrí al auto preparándome para mi nueva vida, claro, con un poco de música en alto de Arctic Monkeys «Flourescent adolescente».

Mi vida iba a cambiar, yo iba a cambiar, era una nueva Cassandra Stone.

Después de cuatro horas manejando, estaba agotada. Hasta que vi la casa, y en ella había un letrero enorme diciendo "BIENVENIDA CASS".

Esto fue obra de David, no hay que negarlo, baje del auto y corrí a tocar el timbre, después de unos 10 segundos la puerta se abrió dejando ver a un chico alto de cabello negro y una bella sonrisa de niño bueno, nada mas ni nada menos que: Alex Young.

- Wow, ¿Eres Tú, Cass? -dijo sorprendido y sin dejar de comerme el cuerpo con la mirada. Típico de Alex Young.- dime que eres tú sino me veré como un idiota por no reconocerte.

- Alex Young, no has cambiado en nada. -dije sonriéndole para luego sentir unos brazos alrededor de mi cuerpo. Si, no cabe duda de que es el mejor recibimiento.- te extrañe tanto.

- No puedo creer que seas tú, Wow, es que, mírate. Te vez tan diferente.

- Tenemos dos años sin vernos, créeme que yo también te veo muy diferente a ti, estás más alto.

Sentí un poco de escalofríos y recordé que estábamos afuera de la casa, creo que él también se dio cuenta porque prácticamente me jalo para entrar.

- David ya va a bajar, estaba arreglando tu recámara. -esboce una sonrisa al recordar de que cuando se entero de que volveríamos a estar juntos dijo que iba a arreglar todo y dejarlo perfecto para mí.

Voltee y lo vi, a esa persona que tanto extrañe, corrí a lanzarme encima de él dejando caer unas cuantas lagrimas y besando sus mejillas.- David, no sabes cuanta falta me haz hecho en estos dos años sin verte.

- Te digo lo mismo Cass, te extrañe tanto.- dijo limpiando mis lagrimas con su pulgar sonriendo con tristeza y a la vez felicidad.

- Y, ¿para mí no hay abrazo? - señoras y señores, el señor Héctor el hombre que mas amo y me dio la vida esta en frente de mi, y sin pensarlo dos veces lo abrace fuerte.

- Nunca pensé que Cass, fuera tan tierna.

- Cállate Alex, sigo siendo igual de perra que siempre. Sólo que ahora tengo a estos dos hombres de mi vida que tanto extrañe y me hacen sacar la cursilería.

Escuche la risa de Alex, para segundos después contagiar a papá y David. Como los extrañé.

- Bueno Cass, ya que estás aquí hablaremos seriamente de como son las reglas aquí.-dijo David un poco serio.

- ¿Reglas?

- Si Cass, reglas. Mañana entraras a la misma prepa que yo, y te diré una cosa. Conozco a cada rata de esta ciudad, y lo único que sé es que buscan carne nueva, y lamentablemente tu eres una carne nueva.

- No se si sentirme ofendida o halagada.

- Ya déjala descansar un poco, no ves que condujo cuatro horas sin parar. - dijo Alex intentando hacer un relajar el ambiente que creamos David y yo.

- Esta bien, pero solo te diré algo Cass -se acercó a mi apuntándome con su dedo- te conozco tan bien que se que te gustan los peligros, pero aquí no hay nada de eso, ¿entendido?, sólo estarás conmigo o con Alex, mañana te presentare a nuestros amigos, Cass.

Enarqué una ceja mirándolo fijamente y quite su dedo de mi, suspirando para bajar un poco la rabia.- David, no me meteré en problemas si es lo que quieres, pero tu no me mandas, no eres mi jodido papá ni nada por el estilo, así que deja de mandarme o sino tu me conocerás mejor de lo que tu crees o piensas.- dije un poco molesta para luego ir a mi recamara.

¿Quién se cree para andar mandándome?, y mas en frente de Alex, ¿qué pensará ahora de mi?, espera.. ¿Porque me importa que pensara el?, será que sigo sintiendo cosas.. No.
Eso no es posible, yo supere esa etapa hace dos años, ya no mas Alex, ni su hermosa sonrisa.. Sus ojos, sus labios tan carnosos. Mierda, que me pasa.

- Para de pensar en él, Cass - dije fuerte poniendo mi cabello de lado, mirándome al espejo.- ¿será que el piense que soy bonita?.

No lo creo.

¿Y si el me gusta mas de lo que pensé y nunca lo olvidé?.

Escuché unos golpecitos en la puerta y me gire para abrirla y encontrarme con un Alex nervioso.

- Cass, perdón, quería avisarte que hay una fiesta, hoy en la noche, ¿te gustaría venir?.- dijo tan rápido que apenas le entendí, que ternura me da.

Quiero ir, pero estoy molesta con David, y eso implica verlo a el.

- No lo sé, a parte mañana hay clases y no quiero desvelarme.

- Oh, esta bien. -luego me dio un beso en la mejilla rápido y susurro.- descansa Cass.

Vi como se iba alejando mientras acariciaba mi mejilla donde el la había besando hace unos segundos y susurré.

- Descansa Alex.

*

Sonó el despertador, voltee a apagarlo y mirar la hora, genial, 6:00 a.m, tengo que levantarme. Corrí a bañarme lo más rápido que pude y saque unos jeans negros y una blusa amarilla de tirantes con un suéter y mis preferidas vans rojas.

Baje a desayunar y me encontré con un David ya listo para irse y algo nervioso.

- Cass, lo siento. -dijo así sin más.

- ¿Que sientes?, ¿ser un gorila que no le da libertad a su hermanita o qué?.

- Perdón, sólo qué tengo miedo que te hagan daño, y por eso no dejare que nadie se te acerque por que le romperé todo lo que se llama cara.

- Tranquilo, te recuerdo que se cuidarme sola, o algo así.

Ríe un poco, para luego darle un sorbo a su naranjada y levantarse del banco.

- Nos tenemos que ir ya, Alex ya nos espera.

- Claro. -dije dandole una ultima mordida a mi manzana.

Nos subimos al auto de Alex y el se volteo a mirarme.

- ¿Lista para tu primer día?.- dijo sonriéndome coquetamente.

- Lista. -contesté sonriendo, sintiendo que este día lo iba a recordar muy bien.

FOTO: Cass.

Primos o algo así¿?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora