Chapter Number Five

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CAPÍTULO CINCO

CAPÍTULO CINCO

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v: aftermath

Los sollozos de Charlie eran desgarradores para los Shelby y la futura William. La pequeña niña no podía ver y hasta que Sant Mungo no hayara alguna cura, no vería más. Se negó rotundamente a dejar Hogwarts solo por aquello, aún que temía lo peor, no podía. Estaba triste y enojada con ellos, por lo que entendió, hubo una disputa y no volvería a Hogwarts dentro de dos días para ver su estado.

Su madre había ido, y se quedó con ella, por primera vez en años, su madre está a ahí con ella, apoyándola en su duelo. Le leía, e incluso le compró plumas hechizadas para que escribieran lo que ella quisiera sea en voz alta o en su mente, claramente con su linda y elegante letra. Era un gran apoyo. Sus tíos la consentian y seguía haciendo malos chistes que la hacían reír y más cuando su primo tapaba sus orejas. Su padre era otro caso, este solo se iba para cambiarse y ya, dormía ahí, comía con ella, le leí, le hablaba sobre su alrededor y la cuidaba mucho. A veces, quería llorar, pero no quería que su padre se preocupara más por ella.

Ahora estaba con todos su tíos, su primo y su señor padre. Sus tíos reían entre ellos y eso la hacía reír mucho, le explicaban sobre a su arrededor y su olfato se duplicó más. Le contaban los colores del cielo, la noche, las sábanas, su vestimenta, la comida y más. Su madre también, le decía sobre sus vestidos o los peluches que le había tráfico para durmiera con ellos cuando era niña. Unos toques en la puerta interrumpieron los malos chistes y blasfemias  —como decía su señora madre— que decía sus tíos y las quejas de su primo y de vez en cuando las risas de su padre.

—Adelante —dijo su padre. Un dulce aroma a chocolate y rosas, junto a otro aroma a libros y chocolate inundó su nariz.

—Gracias por dejarnos verla, señores Shelby, Robinson —dijo una dulce voz.

—Los dejamos solos, vamos —obligó el Robinson a salir a sus primos entre quejas.

—Ellos siempre son así, sobreprotectores —susurro ella.

—Hola Charlotte, soy Hope Lupin —se presento la dulce dama—. Mi hijo Remus y yo venimos a disculparnos por todo —murmuró apenada.

—Charlotte, me siento muy apenado y avergonzado por esto, jamás pensé que fuera suceder. Yo, lo siento mucho —dijo apenado. Lo conocía, lo había visto un par de veces. Sin saber que decir, asintió.

—Supongo que solo tu viniste a verme —murmura aligerando el habiente como su tío John lo haría—. Pero, gracias Remus. Estoy triste y enojada la verdad, se que jamás pensaste aquello. Agradezco mucho que hayan venido a verme —suspiró con una pequeña sonrisa.

—Mira, te traje unas galletas de chocolate, las hice yo misma, son mi especialidad —murmuró rápidamente la mujer. Ella olio un delicioso aroma a galletas de chocolate y cereza.

—¿Cereza?

—Eres alérgica —preguntó apenada.

—No, es a la fresa —respondió.

—¿Puedo? —preguntó Hope tomando su mano. Ella asintió y se dejó guiar hasta la caja. Tomó una y la llevó a su boca, estabas delicososas.

—No digan que dije esto a mi primo Michael, pero tus galletas son mejores de las que el hace, aún que las nombre “galletas Shelby al carbón” —murmuró comiendo una—. Mis tíos amaran tus galletas, señora Lupin, más mi padre —halago. Hope sonrió aunque ella no la estuviera viendo.

—Gracias linda —respondió la mujer apenas se abrió la puerta y tres cabezas se asomaron.

—Un delicioso aroma a galletas nos llegó, y juro que no son las de Michael al carbón —bromeó Arthur—. Arthur Shelby —se presentó.

—Tío Arthur, no fatigues a la señora Lupin y a Remus ya se disculparon —regaño.

—Comeremos una de esas para aceptar las disculpas del mocoso —respondió John agarrando una llevándose un manotazo—. ¡Hey! ¡SOY tu tío y mayor que tu!

—Y yo soy tu sobrina, única y si me robas una, le diré a papá y te golpeara —advierte ella. Los dos Lupin miraban divertidos la interacción.

—¿Y a mí sí? —preguntó Finn—. Finn Shelby y aquel que pelea con Charlie es John —presento.

—Si —respondió ella a su tío. Los dos mayores la miraron incrédulos—. Se que me están mirado incrédulos —burlo ella—. Estoy ciega, pero estoy a años luz de ustedes tres —bromeó ella.

—Hope Lupin y el es mi hijo Remus —presento ella—. Es tarde y tenemos que regresar a casa para que Remus comience con sus deberes —explicó un poco nerviosa. Thomas quién veía divertido todo y la pelea de su hija y sus hermano, miro algo curioso a Hope—. Gracias por dejarnos venir señores Shelby, Robinson. Espero que nos permitan volver a visitarla —agradeció ella.

—¡Claro! —exclamó Arthur que había logrado robar una galleta—. ¡Con que traigas más de estas! Si —respondió mientras se quejaba por el manotazo de su sobrina.

—Gracias señora Lupin —agradeció Thomas—. Los acompaño —solicito el hombre después de besar la cabeza de su hija. Ella, se despido de la mano mientras seguía peleando. Al menos y se sentí cómoda con Hope y Remus. Cuando los tres se fueron. Charlotte miro con una sonrisa a sus tíos.

—¿Creen que hacen bonita pareja? —preguntó Michael quién venía llegado—. Se ve buena mujer.

—Michael, su hija está presente.

—No conozco a Remus ni a Hope mucho, pero Remus es muy amable en Hogwarts, sería buen hermano.

—Y sobrino —apoyo Finn—. Con que Hope siga haciendo galletas, los caso mañana —afirmó.

Sus esperanzas de volver fueron nulas, cuando le contó a su padre que veía colores tenues de cada uno, por ejemplo, dijo que tono rojo y amarillo, el de Remus era igual, pero el azul era mucho más intenso que el de Hope. Ahora, llevaba más tiempo ahí. Había logrado estudiar, con ayuda de Remus claro, quien iba y le daba una copia de sus trabajos y ella se los enviaba a los profesores. De los tres restantes no tuvo visita, ni esperaba, pero sí de Lily Evans, la pelirroja dijo blasfemias sobre los otros tres, con Remus no estaba enojada ya, pero si con los otros tres.

—Enserio, son mejores que las de Michael —burlo Arthur.

—¡Hey! —se quejo.

—Tranquilo Mich, tus galletas “Shelby al carbón” son únicas —dijo ella. El la miro algo desconfiado y ofendido.

Dull Knives|| Regulus BackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora