01

2.1K 248 102
                                    


Kisaki Tetta era exactamente el tipo de profesor que no querías ver ni en pintura; del tipo que colocaba preguntas en ambos lados de la hoja,del tipo que siempre preguntaba justo lo único que no habías estudiado, y del tipo a quien no le podías decirle que no explicó algo porque sí lo había hecho y tú solo no lo habías interpretado correctamente. Todo esto, junto a una sonrisa a medias que daba cierta imagen de: "Si no fuera profesional, ya les hubiese dicho lo imbéciles que son".

 Y por alguna razón, ese era exactamente el tipo de hombre de Hanma Shuji. De cierta forma, el hecho de que algún estudiante se enamorara de su profesor era común, pero Kisaki no esperaba que alguno de sus alumnos fuese tan masoquista como para fijarse en él. Y si alguien lo hiciera, pensaba que al menos sería discreto por tener esos gustos cuestionables. Sin embargo; ahí estaba Hanma, siendo lo más obvio posible y casi en forma de burla.

En los pasillos, durante la hora del almuerzo, salida e incluso en el salón, Hanma iba a su escritorio al menos una vez al día. Le sonreía y lo halagaba por verse igual de bien que siempre. Hasta alababa hasta el más mínimo detalle que cambiaba en su apariencia. Incluso una vez, notó que Kisaki había comenzado a dormir más, así que, lo felicitó por su mejora en la organización del tiempo. ¿Por qué no lo detenía? Era complicado.

 Por un lado, Kisaki aún no estaba seguro si Hanma llevaba una doncella enamorada en su interior, o si solo estaba retorcidamente fascinado de forma temporal con él. Solo sabía que si lo confrontaba de frente, Hanma aprovecharía para confesar sus sentimientos sin pudor alguno, y eso llevaría sus diarios comportamientos al siguiente nivel. Por otro lado, Hanma de cierta forma podía ser agradable. Kisaki sabía que el chico no trataba de sacar algo de él. ¿Mejores calificaciones? En primer lugar, a Hanma ni le importaba si Kisaki le hacía preguntas complicadas en frente de la clase. Si no sabía la respuesta se rendía, le sonreía y le daba toda la razón a Kisaki, asegurando que la próxima iba a estudiar más. Además, de cierta forma compartían varios pensamientos sobre los alumnos y los profesores. A veces, incluso a Kisaki se le olvidaba que Hanma era un simple estudiante, y dejaba su lengua libre para hablar mal de los demás, hasta que la risa de Hanma lo traía a la realidad. En pocas palabras, Hanma no tenía sentido común y de alguna forma se adaptó para ser una buena compañía.

—Profesor Tetta Kisaki... —canturreó Hanma mientras se acercaba. Kisaki lo observó y no tuvo que usar mucho sus habilidades de deducción para saber que se había metido en una pelea. El usual perfecto peinado de Hanma estaba totalmente caído hoy, tenía un par de moretones en sus brazos (los cuales parecía mostrar con orgullo ya que meramente tendría que ponerse la chaqueta escolar para ocultarlos) y finalmente, tenía un corte en su labio.

 —Es bueno que no tengas clases conmigo hoy, o definitivamente te bajaría puntos por la presentación —habló Kisaki dejando de lado la formalidad del saludo—. Si hay una pelea, debes llamar a un adulto, no unirte.

—Oh, sí... Usted sabe, no me conviene llamar a alguien si yo la inicie...

— ¿Estás buscando que te lleve a la oficina del director?

Hanma sonrió ante la amenaza y negó con la cabeza.


—Tan dulce como siempre, profesor. ¿Pero sabe?, fue con intención de defender su nombre. Baji habló mal de usted, ¿y cómo podría yo permitir que tirasen pestes de mi profesor favorito?

—No necesito que defiendas mi nombre, ¿sabes? Lo que digan mis alumnos a mis espaldas no me podría importar menos. 

Hanma se echó una carcajada y luego con un guiño se despidió para ir hacia un salón. Kisaki sabía perfectamente qué clase le tocaba a Hanma y estaba seguro que no era por donde dobló, pero lo dejó ser.

Yes or YesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora