09

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Hanma rápidamente llevó sus manos a la camisa de Kisaki, desabrochando los botones, amenazando incluso con romperlos si se atrevían a dar problemas para salir. La paciencia de Hanma solo aguantó hasta tener desabrochado la mitad para hundir su rostro en el pecho de Kisaki, deslizando su lengua justo desde encima de su pezón hasta llegar a su clavícula para esparcir besos.

—Voy a vivir aquí ahora — Hanma habló, dejando caer su rostro una vez más en el pecho de Kisaki, esta vez abrazándolo fuertemente. Tetta lo vio unos segundos, pensando si siquiera podía respirar bien así, sin embargo, prefirió seguir su juego, y solo comenzó a acariciar su cabello, a veces desviándose hacia sus mejillas, pero volviendo nuevamente a su cabello. Casi podía jurar que Hanma estaba a un solo paso de ronronear—. Ya no quiero estudiar ni trabajar, solo quiero vivir justo aquí.

—Parece que solo inventas excusas para no hacer nada.

—Hey, Kisaki, ¿quieres llegar al final hoy? —Hanma alzó su rostro para que se pudieran ver—. Digo, no tengo problema en hacerte una mamada y ya, pero si quieres llegar... —Las palabras de Hanma se detuvieron por un piquito de parte de Kisaki.

—Hm, sí. Lleguemos al final hoy.

Las mejillas de Hanma estallaron en un dulce rosa. No importaba que tan grande fuese, ni su actitud de chico malo y burlón, incluso alguien como Hanma Shuji podía avergonzarse tontamente al ser aceptado por su primer amor.

A pesar de que su sonrojo lo delató por completo, Shuji no dijo nada. Se levantó cargando a Kisaki, caminando al pasillo tratando de conseguir la habitación. Ya en ella, acostó a Tetta en la cama, quedando en Hanma el trabajo de quitarle sus zapatos, medias, de desabrochar el resto de los botones de su camisa y pantalón. Kisaki notó que las manos de Hanma temblaban un poco, por ello apenas el adolescente terminó de desabrochar y de quitarse su propia camisa, Tetta tomó sus manos y las beso. Sinceramente estaba seguro que el cuerpo de Hanma se estremeció al hacer eso, pero al menos la confianza volvía como brillo en sus ojos.

El beso en las manos se transformó en pequeñas mordidas en sus dedos, terminando en dos de los dedos de Hanma en la boca de Kisaki, jugueteando con su lengua, mientras su otra mano se deslizó hasta el pecho del mayor, torturando sus pezones y masajeándolos, acompañándolo con algunas mordidas y succiones. Incapaz de poder formular palabras por los obstáculos en su boca, Kisaki se redujo a jadeos y algún otro quejido al sentir el rozar de los dientes de Hanma en su piel.

— ¿Quieres que entre en ti usando tu propia saliva? –Hanma pudo sentir las vibraciones de la boca de Kisaki en sus dedos como respuesta; sacando así finalmente sus dedos húmedos, bajando hasta la ropa interior de Kisaki.

—¡Espera! –Hanma casi se cayó de espaldas al suelo por el susto y vio a Kisaki fijamente como un niño regañado –. Bañarme, quiero bañarme.

— ¿Qué?

Sin responder la interrogante del chico, Tetta torpemente se fue deslizando hasta estar afuera de la cama para tomar su toalla y dirigirse al baño en su habitación para luego cerrar la puerta. Hanma solo se quedó ahí, sentándose en el borde de la cama, manteniendo la vista en la puerta del baño que unos segundos después se abrió, con un Kisaki asomándose con una expresión entre avergonzada y molesta.

—Pero... Ya sabes, puedes acompañarme – a Hanma se le iluminó el rostro en felicidad con esas palabras, y fue velozmente al pequeño cuarto.

Hanma quería curiosear: sus manos pasando por el lavabo y su cabeza inclinándose en las pequeñas aberturas de las gavetas, tratando de ver algo; pero abandonó esa idea cuando se fijó en el cuerpo de Kisaki desnudo frente a él. Todo su cerebro solo comenzó a trabajar pensando en Kisaki, e incluso se hizo consciente de su respiración, obligándose a recordar inhalar cada que los suspiros dejaban su boca mientras colocaba sus manos en la cadera de Kisaki, las bajaba rozando sus glúteos, y acariciando sus muslos, para volver a subir hasta su pecho donde ya se comenzaban a notar algunas marcas.

Yes or YesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora