05

1K 161 16
                                    

Espero les guste <3 



–¿Cómo está tu madre? –preguntó Taiju luego de varios minutos de silencio, en los cuales Mitsuya casi se había dormido, tomándolo por sorpresa la pregunta.

Mitsuya se tomó su tiempo para pensar, no porque necesitara recordar el estado de su madre sino porque lo sabía perfectamente: pronto cumpliría un año de estar hospitalizada. Ella se había enfermado gravemente y cuando los medicamentos para su enfermedad dejaron de ser lo suficientemente efectivos como para que se pudiera valer por sí misma, tuvo que ir a un hospital a internarse de emergencia. Su madre ya no podía trabajar y el dinero ya no les alcanzaba ni para poder seguir pagando el alquiler del pequeño apartamento donde vivían. Mitsuya en ese tiempo estaba dispuesto en dejar la escuela, enfocarse en sus cuidados y buscar un trabajo lo más pronto posible, pero en ese momento llegó Taiju a sus vidas, ¡y maldición!, de repente tenía una beca en un buen instituto, sus hermanas menores tenían un lugar donde vivir y su madre podía estar en el hospital siendo tratada adecuadamente.

Era una pelea constante entre culpa y agradecimiento que podía sentir mientras se mantenía al lado de ese hombre. En más de una forma Mitsuya posiblemente no habría podido vivir si Taiju no hubiera aparecido en su vida, incluso si eso significaba sacrificar el vivir su primer enamoramiento de forma normal. Era lo de menos. Habían veces en que Mitsuya solo quería decirle que lo amaba, no por el jodido dinero, sino que se enamoró del terco Taiju que hacía lo posible (aunque torpemente) por acercarse a sus hermanos, del que trataba de entender sus errores y dejarlos para poder avanzar como persona, del Taiju que trataba de dejar su habitual ceño fruncido cada que estaban juntos llegando incluso a darse golpecitos en la frente cada que lo hacía de forma inconsciente, del Taiju que cuando conoció a las hermanas de Mitsuya le temblaban las manos cuando una de ellas se acercó para darle un apretón de manos, tocándola como si estuviera hecha de cristal. Estaba enamorado del gran y ardiente hombre creyente que podía acariciarlo con extrema suavidad y que le permitió llorar sobre su hombro cuando sufrió una crisis por la situación en su familia.

–¿Qué sucede? ¿Ella está mal? ¿No debí preguntar? –la voz preocupada de Taiju sacó a Takashi de sus pensamientos. El menor se dio cuenta que había estado aferrando fuertemente al brazo de Taiju además de que estaba al borde de las lágrimas. Rápidamente se pasó las manos por el rostro.

–No, no, ella está bien. Lleva con una buena racha de salud e insistió en que saliera con Hakkai para tomarme un descanso –respondió con una sonrisa, sintiendo de inmediato que el mayor se relajaba un poco–. Solo estaba pensando que realmente me gusta estar aquí contigo.

–Este año voy a dejar el instituto. Si Hakkai no quiere tomar mi lugar lo entenderé y solo se lo daré a alguien más –habló Taiju y Takashi no pudo evitar mirarlo sorprendido-. Pensaba que, ya que te gradúas este año... podemos tomarnos el tiempo de elegir un lugar a donde ir.

–¿Qué? ¿Conmigo? –Mitsuya estaba confundido y Taiju parecía también estarlo con su duda.

–¿Ah? Claro, ¿no prefieres que vivamos juntos en un lugar... no tan riesgoso, donde no conozcan quienes somos preferiblemente? Claro que estoy tomando un lugar que tenga un buen hospital para tu madre, y una escuela para tus hermanas, nosotros...

–¿Juntos? ¿Quieres vivir conmigo? –interrumpió porque siendo sincero su cerebro dejó de funcionar cuando Taiju dijo "vivamos juntos".

–Pero qué diablos, por supuesto, ¿por qué no quisiera vivir con mi pareja...?

–¿Somos pareja?! –Mitsuya chilló poniéndose casi encima de Taiju, o al menos lo que el cinturón de seguridad le permitió. Ambos se vieron unos segundos hasta que Taiju recordó que estaba manejando y volvió a centrarse en la calle –. Perdón por alzar la voz –se disculpó volviendo a su asiento quedando en un ambiente terriblemente tenso-. Yo...

Yes or YesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora