Capítulo Trece

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Princesa sucia.

¿Por qué esas palabras hacen un peso en mi corazón?, Estoy confundido. No sé que está pasando.

Miró a mi alrededor, no hay nada. No logro entender el gran espacio que hay aquí ni el porque está solo, únicamente mi desconcierto me lleva a preguntarme ¿Cómo llegué aquí?.

Únicamente miro un punto muerto, sin saber de qué manera contestarme, sólo en ese gran abismo oscuro sin esperar ayuda de nadie.

-- Hola pequeña... --repentinamente e inesperadamente una voz resonó el lugar

Volteó totalmente asustado, pero no ví a nadie. Mire por todos lados pero aún así no había nadie.

-- ¡No pienses huir!, ¡Vayan detrás de ella, inútiles! --otra voz resonó en el lugar.

Inmediatamente volteó esperando confrontar aquellas voces, pero de igual manera no había nadie.

De pronto siento un gran peso en mi espalda y de un momento a otro mi cara golpeó el suelo, dejándome en un estado de espasmo y confusion.

-- ¡Al fin, pagarás por eso estúpida! --decia una voz por encima de mí. Sonaba furioso y cansando.

Volteó molesto por eso, pero al ver lo que tenía enfrente un miedo incontrolable se encontraba en todo mi ser. Aquella persona no tenía rostro. De pronto desapareció...

-- ¿Qué significa esto?, ¡¿Por qué no tiene rostro?!, ¿¡Qué hago yo aquí!?, ¡¿Por qué este miedo incontrolable?!, ¡¿Por qué yo tengo que sufrir?! --grite en llanto. Nuevamente volví a sentir aquellos sentimientos de la princesa Eve.

Princesa Eve...

Con lágrimas en mis ojos mire mi cuerpo solo para comprobar que era cierto lo que veía, aún estaba en el cuerpo de la princesa.

-- Entonces eso fue... Un recuerdo de la Princesa. Un asqueroso recuerdo --dije susurrandome.

-- Yo no lo diría así...--repentinamente y nuevamente una voz volvió a resonar en el lugar

Aunque esto me sorprendió y me asustó a la vez, no pensaba voltear. Temía ver lo que fuese que fuera. Pero... Eso contestó a mis palabras...

Tuve la valentía de girar y verlo, pero sentí un gran peso en mi cuerpo, como si mi cuerpo no me respondiera.

-- Aún no estás preparado de verme, y no pensaba mostrarme. Pero es interesante esto, una coincidencia ciertamente sorprendente.

Intenté girar a verle aunque sea un poco, pero era inútil, no podía mover ni un solo músculo. Solo podía ver el suelo que brillaba con intensidad causa de lo que este atrás.

-- Por momento esto será todo. Pero... Esto no son solo los recuerdos de la princesa Eve --dijo aquella voz

De pronto deje de sentir ese peso y pude moverme libremente, la luz cegadora en el piso se había desvanecido y volvió a ser oscuridad. Aún así volteó solo para comprobar, y efectivamente no estaba.

De pronto el piso cuya oscuridad había, empezó a desvanecerse. Cómo si la Lu consumiera aquella oscuridad, hasta llegar donde yo estaba incorporada.

En un momento a otro pude sentir como si estuviera cayendo de una gran altura. Solo para abrir los ojos de golpe ante la desesperación y el miedo.

Mi respiración estaba agitada y el sudor pasaba fríamente por mi rostro y mi cuerpo. No podía ver mi rostro, pero de serlo podría asegurar un rostro muy espantado.

-- Santo Dioses, ¿Estás bien, Reina Eve? --hablo una voz bastante familiar. Al mirar quien era comprobé que era la princesa Yiria quien me miraba preocupada

-- Princesa... --fue lo único salió de mi boca. Sinceramente no sabía que decir

-- Lamento mucho lo que sucedió, entiendo y asimiló el odio que tuviste que tener por aquellas personas, no eres una mala Reina, ni mucho menos una mala persona... Pero aún así, esa gente siguió llamándote Sucia... Es- Eso es... --Repentinamente la princesa Yiria empezó a llorar mientras sujetaba fuertemente la manta que me cubría.

-- Princesa... --Quede anonadado. No sabía que decir, esa reacción no era la que esperaba.

-- Reina Eve --otra voz me habló llamando mi atención-- Yo Lidian Percees, Hija del héroe legendario Arthur Percees, portadora de la reliquia fénix, discípula de los tres grandes, próxima heroína del Reino Alemen. Juro bajo el nombre de mi antepasados la confiabilidad, la lealtad, la protección y la seguridad de su bienestar en mi estandia en la academia.

Yiria y Lidian, las dos personas quienes en la historia tienen un nulo protagonismo, por decir que es poco, pero en este momento se volvieron protagonistas, de este momento, de ser mis primeras amigas...

Siento algo húmedo bajar sobre mis mejillas y a su vez siento molesto mis ojos, al limpiarme y frotar mis ojos me di cuenta de que estaba llorando. Las lágrimas no dejaban de salir, intenté reprimir el llanto pero sentí un nudo en la garganta, que fue imposible detener el llanto.

Al final llore a cántaros mientras que Yiria se levantó y me abrazo de llorando. Lidian se levantó de ante su inclinación de juramento y se acercó a nosotras. Titubeó por un momento, pero al final nos abrazo a las dos.

Que patético me veo ahora, jamás creí que yo lloraría. Aunque el cuerpo se que no es mío, ni los recuerdos tampoco. Estos sentimientos son auténticamente míos.

Puede que haya revivido un trauma de este cuerpo, y puede que me sienta sentimental por ello. Pero el motivo del que lloró ahora mismo no sabria decir. ¿Miedo?, ¿Tristeza?, ¿Alivio? O ¿Felicidad?. No lo sabía, pero por muy tonto que me viera me sentía bien.

Así que he decidido que tanto este cuerpo, estos recuerdos y estos sentimientos son ahora míos, como ellas dos son mis primeras amigas.


Pronto subiré lo que sucedió después del desmayo de Eve. Con nuestro Rey Derek xd

Soy La Villana De Un Juego Otome, Pero No Quiero Ese Destinó Donde viven las historias. Descúbrelo ahora