Dedicatorias
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Omnisciente
Para ser honesto, lo estaba disfrutando, claro que sí, se sentía bien, pero no lo suficiente para terminar corriéndose como Kasper había hecho dentro él, de hecho, se había sorprendido bastante cuando escuchó al chico maldecir en su nombre por haber alcanzado su clímax, era demasiado pronto para lo que estaba acostumbrado y se sintió algo decepcionado cuando el contrario se alejó de él, quitándose el condón, indicando que no habría una ronda más y que todo aquello acababa de concluir.
Se levantó de la cama, aún era temprano y, a decir verdad, no planteaba perder más el tiempo en el departamento del bailarín, así que simplemente se dió una ducha y salió del lugar, despidiéndose con un "Nos vemos luego" sabiendo que nunca lo volvería a citar de nuevo.
Tomó su teléfono y marcó el número de Sehun, el chico contestó la llamada ansioso porque ya sabía para qué lo buscaba Baekhyun y sin más, se dirigió al departamento del joven.
Había tenido un par de encuentros con él antes y aunque no era precisamente un tigre en la cama, lo ayudaba con sus niveles de estrés y justo ahora tenía mucho acumulado.
Aún así, esta vez Sehun se encontraba con su compañera de piso y por mucho que él trató de convencerlo de que "Da igual, Chaeyoung ni siquiera sé acercará a la habitación", no se sintió cómodo con la situación y no paraba de pensar en que una chica castaña y risueña se encontraba bailando con los audiculares puestos y preparándose un sándwich de mermelada mientras él estaba siendo embestido al otro lado de la pared. Al final, decidió que con hacer venir al pelinegro era suficiente para poder salir de ahí, despidiéndose un poco avergonzado de la bonita sonrisa de la compañera de Sehun.
Estaba más frustrado que al inicio del día, de hecho, ese mal humor y frustración llevaban acumulándose desde hace un par de semanas, cuando por cuestiones inexplicables, le costó horrores llegar a un orgasmo bien dado.
Baekhyun suspiró, no podía creer que con todo el dinero que tenía, no podía correrse ni una sola vez. Tomó las llaves de su auto y volvió a su casa, aún era temprano y aunque era fin de semana, sus padres seguían trabajando, estaba prácticamente solo en aquella mansión y aún se encontraba de pésimo humor, simplemente decidió pedir algo de comida a la cocinera y se quitó la ropa para ponerse algo mucho más cómodo que esos pantalones pegados.
Una vez se deshizo de esos pantalones y quedó en bóxers suspiró y se recostó en la cama, a pesar de todos sus intentos por correrse, seguía siendo un chico de carne y hueso, tenía un cansancio horrible después de meterse en la cama de dos chicos y sentía sus músculos relajarse sobre sus impecables y suaves sábanas, sus párpados pesaron y antes de se diera cuenta, ya estaba dormido.
La puerta sonó tres veces y Baekhyun apenas abrió un poco los ojos, se dió un par de vueltas en la cama y se levantó mientras tallaba sus ojos, una cuarta llamada de atención se escuchó y después de eso, la puerta se abrió, dejando entrar a un chico alto y fuerte, con una bandeja humeante en las manos y el uniforme mal puesto, mirando con sorpresa a través de sus lentes a un Baekhyun semidesnudo y despierto, llevando de inmediato sus ojos al piso.
Era algo usual en él y al chico le molestaba porque cuando eran niños, el hijo de la cocinera solía ser su único amigo, el único niño en la mansión además de él, siempre llevaba una enorme sonrisa y su pequeño hurón a todos lados, jugaban por toda la casa y corrían al rededor del jardín trasero, se divertía mucho con ese chiquillo regordete y le causaba mucha ternura estar con él, pero un día simplemente su padre ordenó no dejar entrar a jugar al niño nunca más y desde ahí, su compañero de travesuras no le había vuelto a dirigir la mirada.