El Gran Sabio Igual al Cielo

Capítulo 2: 10 horas de sueño

(ADVERTENCIA: la moneda yen en se ha generalizado a dólares por si acaso algunos espectadores no conocen las conversiones correctas)

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"¡Estoy en casaaa!" Anunció Mori mientras abría la puerta de su apartamento.

Pero como siempre, no hubo respuesta. Ni siquiera su eco, así de pequeña era su sala de estar. Tenía una cocina sencilla en la esquina y un baño a unos metros de distancia. Había una ventana grande en su sala de estar, que estaba en el medio del apartamento. Tenía una mesa de café sencilla y algunos cojines para sentarse. Un televisor de pantalla plana bastante pequeña que estaba conectado a un enchufe junto a la mesa.

Mori tiró su mochila gigante contra la pared de la sala, no sin antes quitarse los zapatos. Abrió la cremallera y se sumergió en la mochila, sacando su material de estudio junto con el dinero que ganó ese día. Después de colocar los artículos en la mesa, se acercó al gabinete de comida y sacó un empaque de ramen instantáneo de una marca coreana. Luego llenó su tetera con agua y la encendió mientras condimentaba el ramen. Mientras esperaba a que el agua hirviera, se acercó al frigorífico y agarró una pequeña caja de leche con sabor a plátano. Consumiéndola de un solo trago.

"Whooo ~ Estos son los mejores", exclamó mientras arrojaba la cajita vacía por encima del hombro y la tiraba a la basura.

El silbido de la tetera le dijo que estaba lista. Mori preparó rápidamente su ramen y lo llevó a la mesa. Comía los fideos contando las ganancias del día.

"¡3 ... 4 ... 5 ... 70 ... 110 yenes!" Mori dijo: "Vaya, eso es casi un nuevo puntaje alto".

Con eso fuera del camino, Mori sorbió el resto del ramen, dejando escapar un eructo mientras se acercaba a tirar el empaque vacío.

Después de lavarse las manos, el chico de cabello azul empapó un paño y procedió a limpiar la mesa de café hasta que estuvo reluciente.

Con una sonrisa de satisfacción, dejó todos sus libros sobre la mesa. Varían en grosor y temas, que van desde biología hasta matemáticas, geografía, japonés clásico, este último Mori no podía entender sin importar cuántas veces el maestro lo explicara y cuánto se esforzara. Honestamente, solo era un estudiante de intercambio, sus habilidades en el idioma japonés solo eran excelentes para las conversaciones modernas, pero no el equivalente del país a Shakespeare.

Bueno, no importa, Mori quería aprobar sus clases. Con una rápida y ligera bofetada para despertar, Mori entró en su modo de estudio durante el resto de la noche hasta que se durmió.

Hablando de dormir, el dormitorio de Mori tampoco era nada especial. Solo había dos cosas notables en esa pequeña habitación. Un pequeño cajón de ropa y un colchón con edredón y una almohada individual.

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Pasaron dos días y ahora era viernes. Issei miró hacia atrás, hacia el chico de cabello azul en su escritorio, tomando notas diligentemente. Mori no tenía su mochila con él hoy, ya que tenía tres días de descanso a la semana. Issei luego miró hacia la pizarra, la escritura de tiza blanca estaba siendo borrada por su maestro cuando la campana final del día había sonado un minuto antes. El adolescente de cabello castaño ya había terminado de empacar y sus amigos pervertidos ya habían corrido a casa para ver el DVD más nuevo de la colección de Motohoma.

Una gota de sudor rodó por la cabeza de Issei mientras observaba a Mori acelerar su toma de notas mientras corría contra la pizarra del maestro limpiando ... Mori perdió. Quizás no debería haber tomado ese descanso para ir al baño hace cinco minutos.