El Gran Sabio Igual al Cielo

Capítulo 8: Bastón vs Espada

(Fly To High - Younha)

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"¿Entonces no podrás venir al prado durante diez días?" preguntó el monje guerrero a Mori.

El sol había salido no hace mucho tiempo, y el dúo instructor-estudiante se sentó en la suave hierba dentro de su área secreta de entrenamiento con Mori explicándole la situación a Gunseng.

"Así es", asintió Mori, "Es para ir a entrenar con Rias Gremory y su grupo en las montañas".

"Pero de acuerdo por lo que me dijiste, ni siquiera estás participando en el Rating Game ya que no eres miembro de su nobleza, mucho menos un demonio", Gunseng se frotó la barbilla con un dedo. "¿Entonces para que?"

"Para entrenar y ayudarlos a hacerse más fuertes. Si pierden el partido, posiblemente nunca los vuelva a ver", respondió Mori, su rostro decayendo cuando la idea de separarse permanentemente de sus amigos cruzó por su mente. Un segundo después se animó y miró emocionado a su instructor, "Oye ~, todavía podemos entrenar juntos mientras estoy allí, ¿no puedes mover este claro con magia chi o algo así?"

"Respuesta corta, seguro. Respuesta larga, tendré que escribir una carta de llegada a los dioses o espíritus locales de allí, informándoles de mi presencia. Una vez que certifiquen mi entrada, tendré que ir y explorar el área para encontrar sitios de buen acceso, y luego pregúntarles si ese espacio está disponible. Si dicen que sí, entonces tendré que regresar y devolver este sitio actual a los espíritus locales aquí y entregar el pago del alquiler antes de comenzar la reubicación real en sí mismo. Ese proceso podría llevar varios días considerando el tamaño de este lugar. Si me mudo con éxito, tendré que volver a colocar las barreras y ...

"Está bien, está bien, está bien", Mori rápidamente puso sus brazos juntos en forma de 'X', "Lo entiendo, lo entiendo".

"Lo máximo que puedo hacer ahora es despedirme", dijo el monje guerrero.

"Eso sería bueno", sonrió Mori.

El dúo se levantó de sus posiciones sentadas y palmeó los pedazos de hierba que se pegaban a sus pantalones. Luego caminaron silenciosamente hacia el corredor de sauces en el borde de la pradera de entrenamiento circular. Mientras los dos miraban hacia el callejón natural, Mori tuvo un repentino y sutil pico de vacilación, que Gunseng notó rápidamente y le dio una palmada en la espalda.

"Puedes sobrevivir sin mí durante diez días", le dijo alegremente, "es solo un día diez veces, que son solo doscientas cuarenta horas, lo que equivale a un solo minuto catorce mil cuatrocientas veces".

"¿Espera qué?"

"Ahora, vete". Con un empujón, Mori fue enviado al corredor de árboles, y gruesas y grandes raíces brotaron del suelo, bloqueando el prado de entrenamiento detrás de él. Había varias cosas en su mente en ese momento.

"Diviértete ~," la voz de su instructor hizo eco desde atrás.

"Está extrañamente feliz por esto", se dijo Mori.

El niño no dio más de cinco pasos cuando la entrada al prado se volvió a abrir y Gunseng salió.

"Casi lo olvido", dijo mientras se acercaba a Mori, del interior de su bata sacó un pequeño libro de aspecto gastado. La portada era de tela y azul oscuro, mientras que las páginas eran amarillas, lo que significaba su vejez.

"Ten" Gunseng le entregó el libro a Mori, quien lo aceptó y lo miró con curiosidad.

"¿Qué es?"