VIII

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Capitulo VIII

Día de alguna manera, yo empezaba a comprender la importancia del dibujo. Pero tenía, dudas por eso sin pensar, le pregunté:

- ¿Cómo se podrá ir contigo?- para mí mayor sorpresa está vez el niño si contesto.

- su cuerpo es muy pesado. No podría cargarlo. Pero, gracias dibujo que me hiciste, ahora sí lo podré llevar conmigo.

Me alegro saber que me dibujó en ese instante ir al motivo de su felicidad. Pero aprovechando la oportunidad le hice otra pregunta.

- Y, ¿Que te hizo volver?

- Pensé que nunca lo preguntarás. - Contesto.

- ¿Acaso, fue por lo del cordero?

- Poco después de la partida de mi cordero, entristecí mucho, era un compañero fiel que me ayudaba a mantener mi planeta limpio de los baobabs... Respetaba a mi rosa, también La cuidaba y la mantenía alejada de la maleza mientras yo deshollinaba los volcanes. Después de su partida, nada fue igual.

Y rosa siempre estuvo bien. Hasta que una mañana, cuando fui a verla. La vi pálida con sus pétalos marchitos. La escuché toser y corrí para auxiliarla. Al llegar le pregunté- ¿estás bien?

Ella me miró. Y me dijo: - Hola Mi pequeño amor. Estoy feliz de verte. Y me sorprende ver cuánto has crecido.

- Dime, ¿Estás bien? ¿Que ha pasado con tus pétalos? ¿Y tus espinas?

- Quítame el biombo- Dijo.

- Responde lo que te he preguntado. Le exigió el principito, algo aterrado.

- Por favor, quítame el biombo. Suplico ella.

Eran pocas las veces que el principito había escuchado a su rosa decir "por favor".

- ¿Por qué? - Pregunto el principito.

- Hazlo, quiero sentir la suave brisa, sobre mis ya marchitos pétalos.

El principito quedó algo extrañado, pedro le quitó el recipiente cristal. Ella sonrío y le dijo:

- Hace tiempo que no sentía está sensación tan agradable.

Y el volvió a preguntar:

- ¿Te pasa algo? ¿Dime, que te pasa? ¿Que tienes?

- Ya estoy vieja. Mi día final se acerca. Te extrañaré mucho, mi príncipe.- respondió.

En ese momento el viento sopla un poco fuerte y se desprende dos pétalos del cuerpo de la flor.
Mientras ella decía eso el principito estresada un sentimiento de sentimiento de incertidumbre melancolía. La cara del Principito estaba empapada por las lágrimas que brotaban de sus ojos tristes.

En cuanto a mi, escucharlo traía tristes recuerdos a mi mente, de cómo se marchito el amor entré mi amada flor y yo.

Luna estaba llena, y casi al punto más alto de la noche. El río estaba sereno, antes de su llegada la gran cascada. Los grillos y con su melodía armonizaban la noche. El perro descansaba a un lado del pequeño. Mientras la mano de este lo acariciaba. Y yo seguía escuchando al pequeño con atención.

- ¿Me dejarás solo verdad?- Pregunto el principito a la rosa.

- ¡Ya estoy vieja, entiende! Exclamó la rosa.

-Primero el cordero. Y ahora tu... No quiero que mueras. Te amo. Eres el primer motivo que tengo para levantarme en las mañanas.

- Estás cosas tienen que pasar... El morir también es parte de la vida. Ahora entiendo porque lloras. Y quiero que sepas que también te amo, así como me has amado tu a mi.
Cuando mi último pétalo caiga al suelo, será mi final. Y deberás entender, mi pequeño protector, que dejar ir, también es un acto de amor.

El pequeño no quiso seguir la escuchando, y se dispuso a marchar. Pero, ella le dijo:

- No te vayas. Quédate conmigo.

- Debo irme. No me quedaré aquí, viendo cómo mueres y yo sin hacer nada. Solo te pido que esperes un poco más por mi.-


El Principito " Volviendo A La Tierra".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora