IX

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El Principito volví a viajar. Está vez en busca de ayuda. No quería que su rosa muriera. Quería llegar nuevamente a la tierra. Pero, está vez usando un camino más corto para poder llegar. En ese nuevo viaje visitó otros planetas, antes de llegar a la tierra.

El primer planeta estaba habitado por un general. El planeta era un poco más grande que el planeta del vanidoso. Todo era muy ordenado. Y el militar montaba un tanque de guerra.

- ¡Atención! Dijo el general apenas vio al principito.

Era obvio que el principito no sabía quién era. Pero, al verlo le pregunto:

- Que es esa cosa en la que montas? ¿Y que son todas esas cosas que están en tu camisa?

- Este es mi tanque de guerra. Lo uso para combatir al enemigo. Y estas son mis condecoraciones, son mis reconocimientos por estar al frente del campo de batalla.

- ¡Ah! Pero, tú estás solo. ¿Contra quién combates?

- Combato a todos los intrusos que quieren invadir mi planeta. Mis condecoraciones y mi jerarquía las tengo, por haber ganado en el campo de batalla.- contesto el militar, al mismo tiempo que inflable su pecho por el orgullo que le producía.

- ¡Ohhh! Pero, quien te las dió.

- Me las di yo... ¿Pero, quien eres tú?¿Acaso, eres un invasor? ¿Que vienes hacer en mi planeta? Mírame la cara y responde.

Era curioso que el militar exigiera eso. Pues, el principito no veía a la cara de las personas de forma directa. Pues, su mirada es perdida, como si buscará algo en el infinito.

- Vengo de un planeta cercano a este. No quiero invadir tu planeta. Tampoco quiero combatir... Estoy buscando el camino al planeta tierra. Mi rosa está enferma, y quiero salvarla.

- ¿Y que edad tienes?

- ¿La suficiente?- contesto el principito.

- ¿La suficiente? - Ha de ser un enano o un duende.- Dijo el militar en voz baja, pero el principito lo escuchó.

- Entonces, ¿Me ayudarás? Yo te daría una condecoración.

- Yo no sé nada de rosas. Solo se de cosa serias. La política, las batallas y las guerras. Tu eres muy ingenuo todavía; no deberías preocuparte tanto por una flor. Deberías marcharte soldado de poca estatura. No perteneces a este lugar.

- ¿Que no me preocupe por una flor? Es mi flor. Y solo a mi me importa. Pero, no espero que comprenda. Por eso me iré. Pero, primero le diré que su uniforme lo está convirtiendo en una persona arrogante, que cree que haciendo daño a los demás, lo hará mejor persona.

El general quedó atónito por lo que el principito le dijo. Y al ver que este se marchaba, se apresuro a decir:

- No te vayas pequeño soldado. Te ascenderé a capitán, porque has ganado una batalla. Y te condecoraré, porque gracias a ti he aprendido una lección.

El militar era autoritario y déspota. Pero, ese pequeño le enseño una gran lección de humildad. Pero, de igual manera, el principito partió muy decepcionado, al ver que los adultos siguen siendo incapaces de ponerse en el lugar del otro.

- Los adultos son muy extraños. Dijo el principito, mientras seguía su viaje.

El Principito " Volviendo A La Tierra".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora