Heard from your mother /Destiel/

19

Cas sabe que hay un demonio en la ciudad tan pronto como sale de ella. Es una sensación de miedo palpable, que se cierne sobre él como un húmedo día de verano.

El mensaje de texto no le da mucho para continuar, y el nombre de la ciudad es engañoso. Grays Chapel tiene muchas capillas y edificios diferentes con el nombre de la ciudad, y no está seguro de cuál podría ser. Pasa unos días en la biblioteca, intentando culminar una lista.

La iglesia principal de la ciudad es metodista construida hace algunas décadas. Se detiene fingiendo interés en unirse, pero nada sobre la historia de la iglesia le llama la atención.

"Entonces, ¿este es el homónimo de la ciudad?" él pide.

"Oh, no", dice el feligrés demasiado amigable que se había encargado de darle un recorrido por el edificio. "Había una pequeña capilla de una sola habitación que se construyó hace años y años. Alrededor de 1700. Tenemos planes para arreglarla y todo: es un monumento histórico, después de todo".

"¿Dónde está?"

"Oh, no está abierto para servicios".

"Claro, por supuesto. Simplemente ... me gusta tomar fotografías de sitios antiguos ".

"Más lejos en el bosque", responde, un poco sospechoso. "Noroeste de aquí".

Cas sigue hablando trivialmente para que lo último que recuerde el extraño no sea él preguntando por la ubicación de una vieja iglesia que tal vez pueda profanar. Luego regresa a la biblioteca. Encuentra algunos mapas más antiguos del condado que le dan una idea aproximada de dónde está la iglesia. También encuentra que fue establecida y consagrada en 1705 por los barcos italianos y españoles que se asentaron en la zona. Conduce hasta la frontera de la ciudad y recorre las calles laterales y los sinuosos caminos de grava. Le toma casi una hora, pero la encuentra. Una capilla vieja, algo abandonada, parcialmente sombreada por algunos árboles viejos. Aparca su coche y camina hacia el edificio.

Los escalones de piedra están gastados y ha habido alguna evidencia de grafitis, botellas de cerveza viejas, pintura blanca pegada a toda prisa para tapar las manchas. Las puertas delanteras están cerradas con tablas, pero con viejos tablones de madera contrachapada deformados por la edad y la exposición. Coge un martillo y una linterna de su maletero y saca los clavos, abre la puerta a la fuerza y se mete dentro.

Hay alrededor de una docena de bancos, mucho polvo, sombras ásperas cuando solo un rayo de luz entra por las ventanas cerradas. Hay un altar y algunos candelabros caídos, biblias tiradas por el suelo. Cas ilumina con su linterna, pero no ve nada llamativo. No está seguro de lo que está buscando, en todo caso. No hay evidencia de muertes humanas que pudieran ser causadas por un demonio, pero hay señales claras de que uno está aquí. Si no está matando gente, ¿qué más está haciendo?

Termina de revisar la capilla y regresa al auto. Saca su teléfono. Le había enviado un mensaje de texto a Dean y Bobby cuando llegó a la ciudad. Bobby había respondido que "lo mantuviera informado", y Dean no había respondido en lo absoluto.

Vuelve a buscar ese número. No hay ninguna otra pista, nunca la hay. Cas piensa en llamar, o devolver el mensaje, por todo lo que pueda servir. También existe la posibilidad de que esta vez, sea lo que sea, responda.

Conduce de regreso a su motel para planificar su próximo movimiento.

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Pamela habla con él por teléfono y le dice que puede intentar usar un péndulo para tener una mejor idea de dónde está el demonio. Ella le había dado uno, junto con una miríada de otras "herramientas místicas para jóvenes".