Capítulo 39

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Para el momento en que Jimin se voltea y separa sus piernas, me coloco detrás de él, y solo me toma medio segundo para que mi polla encuentre lo que necesita. Me introduzco de golpe dejando salir un siseo bajo al mismo tiempo que él suelta un fuerte gemido, y es en ese momento en que oigo a alguien preguntar "¿escuchaste eso?"

Pero no hay forma de detenerse ahora.

Sujeto fuertemente su cabello y jalo su cabeza hacia mí, acercando su rostro al mío.

—Si quieres correrte tienes que estar callado, ¿puedes hacer eso, bebé?

—S-Sí… —suspira— E-Estoy tan cer-ca...

Uso mi otra mano para encontrar su polla y comienzo a acariciarla fuertemente a la vez que empiezo follarlo duro. Las mejillas de su trasero sacudiéndose, los mojados y dulces sonidos de su interior volviéndose más fuertes y distintivos contra el fondo de la música y la conversación de la gente; simplemente arte.

Mantengo mi agarre en su cabello, forzándolo a arquear su espalda y manteniendo su trasero en un delicioso ángulo hacia mí, masajeo su polla más duro y más rápido hasta que puedo sentir cada músculo de su cuerpo tensarse. Sus piernas, hombros y estómago, todo él tensándose cada vez más. Y yo estoy tan cerca ahora, tan cerca de explotar dentro del chico que he deseado por tanto tiempo.

—Tu culo se siente tan bien —le digo en voz baja—. Voy a correrme tan duro por ti, bebé...

—Y-Yoongi… —jadea— N-No pue-do...

Siento su clímax, un segundo antes de que toda la tensión se desenmarañe, y luego Jimin se está corriendo fuertemente sobre mi mano y su abdomen. Bajo la mirada hacia donde mi polla desaparece dentro y fuera de él, y pienso en cómo de bueno se sentiría correrme dentro de él sin condón, cómo de satisfactorio sería ver mi semen derramándose fuera de él, y, entonces, me estoy corriendo tan jodidamente fuerte que mi visión se vuelve borrosa, mi oído se atenúa, y solo existe el calor ceñido de su interior y el placer que surge mientras me muevo tan fuerte y tan hasta el fondo como puedo.

Estoy gruñendo, aun penetrándolo a través del orgasmo, y siento cómo Jimin llega al clímax una vez más; sus manos yendo hacia arriba para agarrar el estante de ladrillo a medida que intenta mantenerse sobre sus pies. Pero sus rodillas están temblando y sé que va a colapsar. Envuelvo un brazo alrededor de su estómago, sosteniéndolo erguido mientras él resiste sus temblores, a la vez que yo termino de liberar mi lujuria acumulada dentro de él.

Nos desmoronamos gradualmente al mismo tiempo, jadeando y sudando, y me doy cuenta que no estoy seguro de cómo de ruidoso fue todo eso.

"No me importa. Valió la pena".

Una vez que estoy seguro que Jimin puede mantenerse de pie por su cuenta, atrapo la base del condón con mis dedos y lentamente me salgo de su interior. Todo está mojado (él, el condón, yo dentro del condón) y este es uno de los momentos que, normalmente, amo menos en una escena: el sacarla con todo mi semen aún contenido. Lo sé, es probablemente dominante y malo por mi parte, pero hay algo tan gratificante sobre este nivel tan profundo y primitivo de ver mi semen en las partes íntimas de mis parejas.

El condón hace las cosas seguras, y yo respeto eso, pero al mismo tiempo hace las cosas distantes; y Park Jimin es el último chico en la tierra con el que quiero ser distante.

Pero a pesar de todo eso, mientras la saco, mayormente solo siento este intenso sentimiento de gratitud y satisfacción. Conseguí estar dentro de Jimin, logré tocarlo y hacer que lo sintiera de la forma más íntima posible, e hice que llegara al orgasmo más de una vez gracias a mi pene.

"Podría ponerme un condón nuevo y comenzar otra vez... y probablemente unas cuantas veces más después de eso".

Aún estoy con la mirada gacha hacia mi polla y Jimin aún está aferrado contra la pared tratando de recuperar su respiración normal, cuando unas pisadas se aproximan. Y no hay tiempo, no hay nada de tiempo. Una mujer de cabello blanco y lentes, viéndose perdida, rodea la esquina con su bastón.

Nos quedamos quietos, incluso reteniendo la respiración, pero la señora sigue caminando, murmurando algo para sí misma mientras lo hace, y luego, finalmente, nos ve.

—Umm… —digo, con mi mano alrededor de mi polla cubierta por el condón lleno de semen y mis jeans alrededor de mis tobillos— Hola.

—Hola. —repite Jimin, con el culo al aire y todavía apoyado contra la pared.

Durante unos segundos que parecen estirarse hasta el infinito, la señora mayor parpadea hacia nosotros, demasiado atónita para hablar, y entonces hace una rápida retirada, moviéndose entre los lienzos, por donde había venido, hasta estar fuera de nuestras vistas.

Jimin explota entre lamentos y risitas nerviosas, y yo comienzo a reírme como un maníaco a la vez que me quito el condón e intento levantar mis pantalones y agarrar todas mis cosas.

Sujeto su mano después de que él se arreglara la ropa y lo dirijo hacia la puerta de emergencias, por donde salimos hacia la noche de la ciudad, con risas típicas de gente que ha sido atrapada teniendo sexo en público por una abuela.

Y luego, dejo caer todo en el suelo y atraigo a Jimin para darle el beso más feroz y largo que he dado jamás, deseando que sea capaz de sentir todo lo que siento por él.









PøʀɴSᴛᴀʀꜱ. ➸ʏᴏᴏɴᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora