Anochecer y amanecer. Parte 3. Xicheng - Chengxi

Xichen y Wanyin

Banda sonora: The widow. The Mars Volta

12. Gusu. Madrugada.

Con esa fijación, desmonta y con mucha destreza, sin soltar las manos del líder Lan, le da la vuelta y aparta las ropas.

Le abre las piernas y empieza a comérselo por detrás, haciendo énfasis en meter la lengua en su pequeño orificio.

-Wanyin, no puedo más. Por favor.

-No hemos terminado. Si de verdad quieres que pare, dímelo. "Para".

Sólo le responde el silencio y continúa comiéndoselo con verdadera desesperación. Extendiendo con la lengua, se va ayudando con los dedos también, poco a poco, abriéndose paso.

Está embelesado en su tarea. Es de lo que más le gusta hacer y, parece que, a Lan Xichen es de lo que más le gusta recibir. Sólo escucha sus quejidos de placer a lo lejos, porque el otro tiene la cara contra el suelo.

En un momento dado, saca su propia erección y la acerca. Le levanta las caderas, y lo deja colocado como un penitente pidiendo alguna venia con las manos atadas. En esta postura empieza a introducirse poco a poco.

-Wanyin, Wanyin.

Enceguecido, se mete por completo y empieza a moverse despacio y profundo. Lan Xichen está caliente, húmedo y muy apretado.

-Wanyin, Wanyin.

El continúa, aferrándose a sus caderas e incrementando el ritmo con fuerza y velocidad. Pareciera un pintor dando pinceladas potentes y premeditadas. No puede evitar gemir y gritar.

Afuera, la tormenta sigue y oculta todos esos rugidos dentro.

Esa furia para y le ordena a Zidian que desate a Lan Xichen. El látigo obedece y se enrosca en dos hilos en el cuello y hombros del Lan, como si de bridas se tratara.

Entonces, Jiang Wanyin le despoja de sus túnicas, le obliga a incorporarse, tirándole de un brazo y agarrándole el hombro, mientras el otro hombro aún está pegado al piso.

En esa posición, Lan Xichen se siente desfallecer, como si le estuvieran partiendo en dos. Esto no detiene al Jiang que retoma sus movimientos frenéticos y no le suelta. Antes bien, con la otra mano se agarra de Zidian y le obliga a centellear en el cuerpo del Lan, que se ve obligado a llevar la cabeza un poco hacia atrás.

Sigue con sus movimientos y son cada vez más profundos y violentos. Está perdido en el placer que siente dentro de Lan Xichen y el poder de tenerle de rodillas en esa posición tan dócil, como a una fiera a la que se ha amansado.

Por su parte, el otro líder ya no soporta tanto placer. Le tiembla todo el cuerpo. Cree que nunca ha sentido al Jiang tan adentro y tan apasionado.

-Wanyin, no puedo más.

-Un poco más, sólo un poco más. - y aprieta el agarre de su brida improvisada, para darle más duro y más rápido con las caderas. Tampoco suelta ni el brazo ni el hombro. Los tiene agarrados fuertemente con la otra mano.

El sonido que hacen es abrumador, ambos chocando tan frenéticamente. Jiang Wanyin solo quiere detener el tiempo y quedarse ahí dentro. Está completamente perdido en ese mundo de placer.

Para Lan Xichen no está mejor. Su cuerpo ha cedido ante el dolor y el placer; y está esperando poder descargarse y explotar. Sólo siente la vibración de esa penetración tan profunda. Su vida está ahí, en esa unión.

El movimiento se hace más violento y potente. Los jadeos y sollozos son también más seguidos. Quisiera poder gritar con las entrañas, pero el Lan ya no está seguro de si quiera hacer ruido.

Y perdido en esas sensaciones, el Líder Jiang se derrama dentro, seguido un poco después por el líder Lan, que no puede evitar estallar en sus ropas esparcidas en el suelo.

Caen ambos, Jiang Wanyin sobre Lan Xichen, jadeando y aún aferrándose a su cuerpo. Zidian vuelve a ser anillo en el dedo de uno y una fina pulsera, en la muñeca del otro.

El líder Lan no puede moverse. Siente como si hubiese peleado con diez demonios al mismo tiempo. Apenas puede respirar, sólo puede temblar.

El cuerpo sobre él se mueve y se coloca a su lado, acurrucado. Entonces, usa lo poco de energía que le queda para voltearse boca arriba y acurrucarse también.

Aparta unos mechones perdidos sobre la otra cara y besa esa frente perlada.

-¿Estás mejor?

-Perdóname. No sé qué me pasó. Estaba fuera de mí.

-Lo sé. Todo está bien, Wanyin.

-No me dejes. No podría soportarlo.

-No pienso dejarte nunca. ¿Crees que podría vivir sin ti?

-¿Y tu consejo?

-Te estaba esperando para escaparnos al Muelle.- Sonríen.

La tormenta que vino con el líder Jiang es ahora brisa nada más. Afuera, ha habido un espectáculo celestial, de luces, agua y viento.

En el Hanshi no queda rastro de ninguno de los dos líderes. La puerta maltrecha sigue sellada y, adentro, en el escritorio dos sobres, uno para Lan Qiren y otro para Lan Wangji.

"Debo ausentarme, shifu. Estaré con el líder Jiang. Aún sigo en seclusión, sólo he cambiado de lugar, para poner distancia con el consejo. Espero que sepas perdonarme."

"Didi, espero que comprendas. No puedo ceder ante el consejo y es muy pronto para hacer pública mi relación con Wanyin. Ten un poco más de paciencia con tu torpe hermano."