—¡En serio, debiste verlo! —exclamó Drum en alto, contándole las consecuencias de la escena anterior a Shirosagui.
Este parecía sorprendido, sin embargo, no dejó pasar la oportunidad para sonreír victorioso, feliz de lo que había logrado. Bueno, aunque en realidad Drum seguía pensando que era triunfo de los dos, porque si no hubiera estado ahí, apostaba a qué Lui desistiría a seguirle su sucio juego.
Y hablando de éste, echó una risa alegremente, mismo humor que fue contagiado al más pequeño. Sus ojitos verdes, como dos preciosas esmeraldas, brillaron con emoción al verlo.
—Si continúa así, maestro, además de que no volverá a meterse en problemas con el comisionado, le regresará todas sus ofensas a Free—añadió el menor, y pudo notar como esto aumentaba la extraña euforia del peli celeste.
Y también el suyo propio.
—¡Ven, aquí, niño!—y si de por sí verle tan alegre ya era extraño, ahora imagínense el horror que se presentó en las caras de los demás cuando pasó uno de sus brazos por los hombros de Drum.
Lui Shirosagui, aquel que se jactaba de odiar aquellas muestras de afecto, ahora mismo tenía abrazado a su joven pupilo, y no parecía molestarse por eso.
La carita del niño se colocó roja de inmediato, pero aún así, continuó, rodeando la espalda de Shirosagui para reforzar aquel agarre.
Justo cuando Free iba entrando en el comedor. Sinceramente no supo qué pensar, la ira abrumó sus sentidos mientras mantenía la mirada fija en esos dos que ignorantes seguían celebrando su triunfo y no sólo en el reciente torneo como pareja.
Sino también sobre él.
Pero claro, aquello sólo era la punta del iceberg.
Durante la semana siguiente, aquel escenario empezó a repetirse con más constancia de la que le gustaría. Usualmente Lui respondía a todas y cada una de sus provocaciones, sin excepción, pero ahora parecía no importarle si le decía que era más pequeño que su ranking de victorias recientemente.
Es más, siempre era la misma frase que le decía al ignorarlo:
"No tengo tiempo para jugar contigo".
¿A pero para estar con Drum sí, no? ¿Para comer junto a él sí, verdad? Para combatir con él, para llevarlo hasta a un acuario a que conociera a los tan llamados erizos de mar.
¡¿Para eso sí tenía tiempo!?
Free estaba molesto, más que otras veces, más que cuando el peli celeste le quitó el título de campeón mundial por primera vez.
Qué recuerdos, por cierto.
Lastimosamente en aquella ocasión sí que tenía un plan para recuperar lo que era suyo por derecho, ahora no realmente.
Con decir que ni siquiera sabía la razón principal por la que aún se mantenía tras de Lui como perrito faldero.
Suspiró. Era una mañana cualquiera en el Árbol Dorado, luego de sus rutinas habituales, descansaba en el corredor y se compraba algo de beber para refrescarse o recuperar energías. De la máquina expendedora salió un pequeño envase de aluminio, recubierto con un papel amarillo y el logotipo de una manzana en su centro. Free se agachó para tomarlo, haciéndose a un lado cuando escuchó algunos pasos atravesar el pasillo.
Por consiguiente y al estar sumido en sus cavilaciones, no prestó atención a su entorno, ni siquiera a sí mismo. Únicamente pensando en qué hacer para recuperar esa atención en él.
¿Qué estaba desesperado? Sí, sin dudas. Pero tenía sus razones, las cuales no iba a compartir, al menos no en ese momento.
—Hola—saludó un segundo en la sala. Aunque el rubio ni la mirada le dedicó siquiera. Ante esto, Shu se ofendió un poco, pero mejor se dedicó a centrarse en lo que había ido a hacer ahí en realidad, y no los malos modales del chico a su lado.
—"Ni tingi tiimpi piri jiguir cintigi"—pensó el rubio, empezando a abrir su lata de jugo—, "como si yo-…".
Pero, tal vez usar más fuerza de la necesaria para destaparlo no era la mejor opción, las consecuencias de esta acción se vieron reflejadas cuando esto mismo no le dejó seguir con su reproche mental. Al haber apretado un poco el envase, su contenido salió disparado y justo cuando lograba sacar el seguro en la parte de arriba. ¿Adivinen a quien le terminó derramando todo el jugo?
Sí, a sí mismo.
Cuando el accidente cesó, tenía la cara y parte de su ropa empapada por el sumo dulce.
Shu se sorprendió por ello, no obstante, se acercó para ayudarle, evitando reírse, a pesar de que aquello sí que había sido muy divertido. De entre sus bolsas, sacó un pañuelo que pasó por el rostro del otro, apenas le quitó la lata de las manos.
Y Free todavía perplejo por lo que acababa de pasar, no puso ninguna objeción a sus acciones.
Poco después, el rubio fue a sentarse en una de las bancas pegadas a la pared, terminando de limpiar su ropa y sacudiendo su cabello para que se secara, aunque también se ayudó por el paño que el albino le extendió.
—¿Estás bien?—inquirió Shu, aún de pie delante suyo.
De la Hoya lo miró un momento para después por fin asentir. El silencio reinó apenas unos segundos hasta que una leve risa escapó de los labios de Kurenai.
—¿De qué te ríes?
—Nada, nada—habló Shu, moviendo su mano, cubriendo sus labios para intentar quitar la imagen de su cabeza de cuando a Free le disparó todo el líquido en la cara.
El rubio resopló en su sitio, doblando el pedazo de tela para después extenderlo hacía su propietario.
—Gracias.
—No hay problema—Shu guardó aquello en los bolsillos de su traje, yendo a sentarse a su lado en esa banca, luego de observar al mayor. Parecía decaído o quizá sólo era él y sus conclusiones precipitadas—. ¿Puedo preguntar…?
—Ya lo estás haciendo…—murmuró Free, sacando otra risa al muchacho, por su comportamiento tan a la defensiva.
Bueno, tampoco tanto como Lui, eso sí.
—Bueno, otra vez—rió, y finalmente pasó a tener la atención del de ojos vacíos—, ¿Te pasó algo? puedo ayudar, si me permites
Free alzó una ceja; a pesar de que Shu no se miraba con malas intenciones, le costaba abrirse con él, con la mayoría de las personas era así realmente. Y aún más sabiendo que entre ellos apenas habían intercambiado un par de palabras antes de lo de Lane.
Ninguno se conocía lo suficiente, y Free parecía arisco a recibir su ayuda.
Shu suspiró entonces, manteniendo su sonrisa para después levantarse de ahí, mirando su propia lata de jugo que aún no había abierto. Tomó el seguro, y lo jaló para destapar esta, luego, extendió el envase hacía Free.
—Está bien, no hables conmigo si no quieres—murmuró—. Ten, te la regalo. Así evitamos más accidentes—comentó, refiriéndose a la situación anterior.
Y sin más empezó a avanzar hasta su sala.
Free observó la lata en sus manos unos segundos, antes de dirigir su vista hacia Shu. Bastante considerado, le agradeció en silencio y procedió a beber el contenido del envase para después también irse de ahí.
ESTÁS LEYENDO
𝐂𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐞𝐧 𝐠𝐮𝐞𝐫𝐫𝐚 (Frui/Shalt)
Fanfikce» Introducción: Free habitualmente disfruta mucho de las discusiones que tiene junto a Lui, sin embargo, después de cierto tiempo, Lui parece haber perdido el interés en ello, y además empieza a convivir mucho más con su actual pupilo... ¿Cómo reacc...