Capítulo 9

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ESTA HISTORIA LE PERTECE A AkashaTheKitty

Hermione se apresuró a entrar al Gran Comedor

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Hermione se apresuró a entrar al Gran Comedor. Oh no. Llegaba tarde para el desayuno de nuevo y ahora tendría que darse prisa... otra vez. Harry y Ron la estaban esperando y ella casi saltó al banco, sentándose con fuerza. Ella se puso rígida, sus ojos se llenaron de lágrimas y se lamentó en voz alta. Sus dos amigos la miraron.

No te sonrojes. Sonrojarte es lo que te delata.

-Yo, eh, yo estuve practicando mi examen de desaparición y me lastimé el trasero cuando caí apareciendo- dijo con bastante poca convicción. Sin embargo, no parecieron darse cuenta.

-Ah...- dijo Ron, sonriendo -Apareciendo de trasero, ¿no?

-Vamos, Ron-, dijo Harry, apenas ocultando su propia sonrisa. -No hagas el tonto.

-Ja, ja, muy gracioso- dijo, frunciendo el ceño a sus dos bufones. Sin embargo, se sintió aliviada de que no la hubieran interrogado. De la misma manera que se sintió aliviada de que todavía hiciera tanto frío que no era extraño que estuviera usando su bufanda, cubriéndose el cuello todo el tiempo...

Ella no había aparecido de trasero ni por error, por supuesto. Su trasero estaba bien, de hecho. La razón de su leve malestar era Malfoy y su intensa persecución durante la última semana. No se había cansado de arrinconarla cada vez que tenía la oportunidad. Había pasado las últimas muchas noches en su cama e incluso habían habido algunos períodos libres dedicados a... bueno, no precisamente a su tarea de aritmancia. Estaba empezando a preocuparse de ella misma. La noche anterior se había propuesto decir que no, pero ... ¡Dios mío! Podía ser muy persuasivo cuando se lo proponía.

Y vaya que sabía cómo usarlo en su contra...

Casi se rió ante ese pensamiento. Ella sabía lo que lo impulsaba. Todavía estaba celoso. Era como si pensara que si la seducía suficientes veces en un tiempo lo suficientemente corto, ella se olvidaría por completo de los demás chicos. Funcionó, pero ella no estaba dispuesta a decirlo en voz alta. No es que tuviera alguna razón para hacerlo de todos modos, pero ella no le daría esa satisfacción.

De hecho, había dejado que McLaggen la besara. No había sido un beso muy bueno. Fue algo que le hicieron a ella y ella solo estaba ahí, permitiendolo. Eso no la hacía sentir mejor. Había intentado cerrar los ojos y disfrutarlo, pero no sintió nada. Absolutamente nada. Y luego él se había vuelto un poco demasiado desinhibido, y ella había luchado para liberarse. Cuando se alejó de él, pensó que había visto a alguien desaparecer por la esquina y por un segundo pensó que era Malfoy. Se había regañado a sí misma por ser tan tonta como para pensar eso, pero al día siguiente él la había acorralado y se había mostrado tan enojado y rencoroso. Cuando se dio cuenta de la razón, la emocionó y la asustó. La había castigado con el beso más hiriente, que, aún con todos los peros, era aún mejor que el que había recibido de McLaggen.

SILENCIO (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora