KOOKTAE (+18)
-Que no puedo vivir sin ti, joder! ¿Es que acaso no lo entiendes?
-Taehyung, no hagas esto más difícil.
-Vete y nunca vuelvas a buscarme, con suerte si un día vuelves, estaré muerto.
Había sido una larga mañana para Jungkook, ya hacían tres horas desde que Taehyung había salido y el apenas había terminado de poner el árbol, era un árbol gigantesco en defensa del magnate.
Sin problema, había roto ya unas quince o veinte esferas, pero al fin había conseguido que el árbol se viera decente, lo más seguro, era que Taehyung quisiera poner la estrella, así que eso lo dejó para cuando el volviera.
Alguien llamó al timbre del exterior.
Jungkook fue a mirar a las cámaras que daban a la calle, y no parecía conocer al tipo,su cabello era rubio cenizo y a juzgar por su traje, se ve que era un hombre elegante.
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A Jungkook no le pareció correcto lidiar con un hombre así a través de la contestadora, así que decidió ir el mismo a atenderle.
En cuanto Jeon encaró al hombre, este de inmediato le reverenció un poco.
-Buen día, soy Kim Namjoon, uhmmmmm estoy buscando a Seokjin, el.... está aquí?-
-Ah claro, si. Jin comentó que alguien vendría a buscarle, su.... novio o algo así-
Namjoon inhaló profundo
-es complicado-
-Bueno, ¿porqué no metes tu carro al garage y luego pasas? Espera, ya abro la puerta-
Kim agradeció e hizo como Jeon dijo, pasados unos minutos, los dos adultos se encontraban en la sala con una taza de café. El pelinegro se disculpó por el desastre, pero insistió en decir que su muy caprichoso novio le había obligado a hacerlo.
-Entiendo, Jin es igual. Adora que le cumpla sus caprichos- una sonrisa enamorada se le escapó
-Te gusta mucho, ¿no? Entiendo porqué viniste hasta acá, yo hubiera hecho lo mismo si se tratase de mi Taehyung- otro sorbo de café.
Las llaves chocando contra la chapa de la puerta principal y las conversaciones indistintas de los chicos se escucharon a lo lejos.
-Llegaron, tal vez deberíamos ir a saludar- dijo el pelinegro poniendose de pie
El rubio asintió y tomando valor, se levantó del sofá a encarar a Jin.
-Podría comer estas donas por el resto de mi vida- dijo Seokjin dandole otro gran mordisco a aquella dona glaseada.
Sin prestar demasiada atención de lo que había a su alrededor, Tae y Jin caminaron a la sala para dejar sus compras ahí.
-Hola Jinnie- dijo el rubio cuando el otro entró a la sala.
-Que tal- sin mucho interés Jin lo pasó de largo y esparció sus compras por el suelo.
-¿Me extrañaste?- dijo Tae mientras sus brazos rodeaban el cuello de Jungkook
-Muchísimo- el pelinegro plantó un beso en los labios de su novio y luego le devolvió el abrazo.
Por otra parte, la otra pareja se notaba incómoda. Era como si ambos quisieran rendirse en los brazos del otro, pero no pudieran hacerlo.
