CAPÍTULO VEINTI TRES

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ETAPA DOS: LUNA DE MIEL

Una vez que el individuo ha aprendido que el consumo de ciertas sustancias pueden transportarlo como por arte de magia lejos de cualquier sentimiento o estado de ánimo negativo, el paso a la adicción es muy sencillo. Puede sentirse mejor instantáneamente y disfrutar la sensación de olvidarse de todo. Pero de lo que no se da cuenta es de que ninguna relación basada en el engaño y la fantasía puede funcionar bien a largo plazo.

Taehyung es un chico listo, por lo que no tardó en darse cuenta de que las "vitaminas" eran lo que lo hacían sentirse de esa forma, pero no demasiado como para darse cuenta que era droga. últimamente el si necesitaba olvidarse de sus problemas, hoy por la mañana se supo que un chico se hizo pasar por staff y le tomó fotos al modelo mientras se vestía, las fotos fueron eliminadas, pero sus acosadores iban de mal en peor. Y lo peor es que todos habían dejado de preocuparse por él, Jungkook siempre estaba en el trabajo, desde que se reconciliaron, Nam y Jin se han dedicado a pasar más tiempo juntos y de rareza le llaman dos o tres veces al mes.

Drogado y todo, Kim no se olvidaba de sus obligaciones, por lo que al llegar del trabajo, se ponía a cocinarle la cena a su novio, que usualmente llegaba unos treinta minutos después de él.  Mientras cocinaba, Tae se puso nostálgico, pues ya hacía dos o tres semanas que notaba muy distante a Jungkook, pocas veces se mostraba cariñoso y a duras penas habían tenido sexo seis o siete veces repartido en casi un mes, a diferencia de antes, que parecía que Jeon entraba en celo cada cuatro horas.

Lo sentía muy distante y su amor ya no tenía la misma intensidad que antes, ojalá Taehyung se equivocara, pero cada palabra era real.

-Ya llegué- se escuchó la voz del azabache

Tae se apresuró a servirle su plato y esperarlo con una sonrisa que falsamente Jungkook le correspondió.

-¿Cómo te fue hoy mi amor?- dijo el castaño mientras se sentaba al lado de su novio

-Igual que siempre, hay mucho trabajo-

Las palabras de él le dolían mucho, pues por insignificantes que parecieran ya no había ni siquiera un interés fingido.

-Ah vale, oye kookie, ya casi es navidad y... pensé en hacer una cena con Namjoon y Jin, ¿te parece?- las manos de Tae temblaban, pues ya no sentía la confianza suficiente como para decir que se hacia y que no.

-La casa está decorada, creo que sería un desperdicio si no lo hicieras- el pelinegro se dedicó a comer, dando fin a la conversación.

Más tarde, la pareja se acostó y a duras penas se desearon las buenas noches. Como a eso de las dos de la mañana, la temperatura bajó, lo que hizo que Taehyung jalara más el cobertor.

-Me quitaste la cobija!- se escuchó a un Jungkook adormilado, mientras con fuerza jalaba la tela.

-Pero tengo frío!- Taehyung volvió a quitarle la cobija al mayor.

-A la mierda, dormiré en otra habitación- Jeon se levantó de golpe y salió de la habitación, azotando la puerta al final. 

Kim estaba muy somnoliento como para ir por él, pero eso no evitó que llorara por un rato. ¿Desde cuándo el se enfadaba por cosas tan simples como un cobertor? Jungkook había cambiado, pero por desgracia, el amor cegaba a Taehyung. 

A la mañana siguiente cuando el castaño quiso ir a disculparse, no encontró al hombre por ningún sitio, era sábado a las ocho, ¿a dónde podría haber ido? No quería pensar en eso, por lo que fue por otra "vitamina" y para su fortuna o desgracia, ya no había más. Tae entró en pánico al no tener la mágica medicina, por lo que chequeó la etiqueta del frasco, y encontró un número en el interior de la tapa, tomó su teléfono y llamó.

HABITS (Kooktae) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora