Los sentimientos de Milo fueron destrozados no una sino en dos ocaciones, quiere eliminarlos de su ser pero por más que lo intenta le es imposible hacerlo, Camus invade su mente desde hace más de dos décadas, lo ama más que a nada en el mundo pero s...
Odio, rencor, desprecio... era lo único que el caballero de Escorpio quería sentir por su compañero, pero por más que lo deseara habían muchos otros sentimientos que le impedían hacerlo, entre ellos... el amor, estaba enamorado de su ex-amigo de la infancia.
Camus ocupaba sus pensamientos desde hace años, cuando falleció por instruir a su alumno estuvo de acuerdo ante su decisión, sabía que su muerte no fue en vano, el joven de bronce tenía un gran potencial y una vida entregada a cumplir la voluntad de Athena, pero por más que estuviera de acuerdo, su muerte le fue muy dolorosa, tanto que luego de que la batalla de las doce casas terminara, no dudó en subir al onceavo templo y despedirse de él de una manera muy personal antes de que fuera llevado para su entierro.
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El frío no le importaba, lo unico que quería era despedirse de el, decirle unas últimas palabras aunque ya no pudiera escucharlo; en ese momento lo tenía en brazos sentado en su regazo, podía observar todo de él, sus ojos cerrados, su cabello tieso, su cuerpo completamente congelado al igual que el templo, se sentía tan triste que sus lágrimas no dudaron en salir, no permitiría que nadie más que él lo viera así, al abrazarlo encendió su cosmo para transmitirle su calor, quería ver su clara piel y suave cabello tomar su coloración original, lo abrazo con completo cariño y ternura diciéndole un último "hasta pronto" antes de llevárselo a los caballeros de plata para prepararlo para su descanso eterno.
Ese día aún con ese terrible acontecimiento Milo nunca dejo de amarlo, todos los días su amor por el solo se hacía más fuerte, estaba sólo... pero feliz, como caballero dorado sabe que deben estar listos para lo que sea inclusive la muerte, no podía hacer nada más que aceptar su decisión y honrar su memoria.
Pero... al llegar su batalla contra Hades, los sentimientos de Milo fueron completamente destrozados por primera vez, al ver a Camus con un sapuri y ser enviado para matar a su diosa, le dió una vuelta completa a lo que el recordaba como el caballero de Acuario.
La muerte de Shaka y el sacrilegio de utilizar la exclamacion de Athena en dos ocaciones fue suficiente para olvidar absolutamente todo lo que alguna vez sintió por el, su furia fue tal que sólo tenía una cosa en mente... matarlo... deshacerse de la escoria que se atrevió a arrebatarle la vida a Athena... pero al presenciar el sacrificio de su diosa en frente de todos no quería hacer nada más que liberar toda su rabia, tristeza e impotencia sobre el bastardo que una vez amo.
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