Capítulo 5: Definitivamente Amor

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Milo dejo a su pareja cuidadosamente en la cama, una vez lo acomodó se recosto a su lado, se miraban directamente a los ojos mientras Milo dirigió su mano al rostro del francés y empezó a acariciarlo empezando por remover mechones de cabello que tenía, luego paso a su mejilla, a lo que Camus respondió tomando la mano que lo mimaba.



- Tu piel es muy suave... mucho más de lo que imaginé.

- Amm... gracias.

- ... Todos te describen como alguien frío, sin ninguna emoción o interés por los demás... pero sólo han visto tu exterior, no saben que por dentro eres alguien completamente diferente.

- Todos piensan eso de mi... pero tu eres el único que conoce a este nuevo yo.

- Me alegra serlo, aunque no hay nada de malo en mostrarles a los demas un poco del nuevo tu- Camus río ante la propuesta, pero pensado en ello en verdad no sería tan malo como cree-... Camus.



Milo se le acercó para abrazarlo y posteriormente lo besó, Camus le respondió rápidamente, el gesto continúo por unos segundos, luego Milo decidió moverse quedando encima de el.




- ¿Estas seguro de continuar?

- ... - la mirada del escorpión reflejaba duda y deseo al mismo tiempo, conocía a Milo ahora con este nuevo vínculo que tienen, sabe que no lo lastimara- Estoy seguro, confió en ti... adelante puedes comenzar- dijo dándole un último beso para luego recostarse por completo esperando la primera acción de Milo-

- ... Lo haré con gusto.



Empezaron con dulces y pequeños besos, Milo paso de sus labios a su nariz, de esta a sus mejillas y por último bajando hacía su cuello provocándole cosquillas, a lo cuál el Acuario no pudo evitar reírse.




- Me alegra que lo disfrutes, tienes una linda risa.

- Jaja, ¿en serio?

- Por supuesto.



Milo dirigió sus manos a la camisa de su pareja para empezar a quitarla lentamente, una vez fuera lo miró y su rostro se tiñó de un notorio tono carmín.



- Camus... eres hermoso.



Acaricio su abdomen mientras su boca besaba y lamia su pecho con cierta timidez, Camus sólo miraba las acciones del griego, ese cariño y atención que le dedicaba le era muy especial, se sentía querido por primera vez, los labios de Milo calentaban ligeramente cada zona que besaba, se sentía bien, tanto que su voz empezaba a salir sin su permiso, le daba algo de vergüenza así que optó por tapar su boca.



- ¿Mmm? No tienes de que avergonzarte, sólo yo puedo oirte, no hay nadie más que tú y yo en todo el templo.

- Eso es... ¡Ah!



Los labios de Milo estaban justo en el vientre del francés, el contacto lo estremeció, de repente sintió como ambas prendas inferiores que poseía eran retiradas lentamente, Milo lo miraba de arriba a abajo, Camus sentía una inmensa vergüenza y lo único que pudo hacer fue cubrir su rostro con sus manos.



- Esto... es muy vergonzoso.

- No debería serlo, justo ahora siento que tengo el privilegio de ver a la persona más perfecta en todo el mundo.

- N-no te creo, tengo demasiadas imperfecciones.

- Pues yo no veo ninguna- tomó las manos de Camus para poder ver su expresión- vamos muestrame tu cara.

Entre odio y amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora