Un Acto de Amor

95 11 26
                                    


Gracias por estar.

*********

- Un Acto de Amor -

*********

Stella quiso salir inmediatamente de la casa de los McBride. Se sentía avergonzada, molesta y ya totalmente fuera de lugar en aquella lujosa casa.

Miró con recelo a Clyde. Le miraba con el rencor que le guardaba a toda la gente que le había hecho saber el precio de sus errores.

Quiso golpearlo; pero, ¿de que serviría? Él no era culpable. De hecho, él siempre había sido muy amable.

Era ella, como siempre, la que echaba todo a perder donde quiera que fuera. Respiró con profundidad.

-Así que tus padres se enteraron de "eso".- Dijo con voz resignada.- Y supongo me quieren lejos por ser una mala influencia para ti.- Se puso de pie. -Bien, entonces, creo que es hora de que me vaya.

-Espera, Stella, eso no es lo que quise decir, para empezar, a mí no me importa si es cierto o no, tú eres mi amiga.-

-No voy a esperar a que me hagan un desprecio, Clyde. Prefiero conservar los recuerdos que ya tengo de aquí, así como están- Y Stella se dirigió a la salida.

El chico se puso rápidamente de pie y se colocó frente a su amiga. -Tienes razón, pero a mí no me importa en lo absoluto y para mis padres solo es un rumor mal intencionado. No te van a juzgar por un rumor, ellos no son así.

-¿Y si no fuera un rumor?

Clyde no supo que responder, Stella sonrió. -Demasiado para la familia perfecta.-

-Eso...no es justo.- Replicó Clyde sin mucho ánimo.

-Lo sé, yo solo...déjame pasar, Clyde, en serio.-

El chico se quito del medio con la cabeza baja.

-Mis padres podrán ser sobre protectores, -dijo- y podrán no estar de acuerdo con mis amistades pero no te harían un desplante.-

-Quizá, Clyde, pero he visto padres "preocupados" por mi compañía. Fue uno de los motivos por el que cambiamos de casa. Por cómo me veían...cómo me trataban...-

-Una razón más para que no te vayas. Yo no te cité aquí para juzgarte ni para que te sintieras mal, yo quería que supieras que existía ese rumor y...quizá...querías hablarlo.-

-¡Hablar de qué, Clyde, maldita sea!-Exclamó empujándolo con el rostro descompuesto.- ¡¿De que me encontraron en el gimnasio de mi antigua escuela con un muchacho mayor, desnuda?! ¡¿Que me engañaron como una estúpida?! ¡¿Que nadie me creyó nada?!...- Stella se soltó a llorar llevándose las manos a la cara.

-...que mis padres me odian....- Stella se pegó a la puerta y se dejó caer sentada.

Clyde le miró sorprendido por la reacción, sintió un fuerte nudo en la garganta al ver a su amiga totalmente desecha en llanto, en el suelo. Se sentó a su lado, lo dudo un poco, pero luego la abrazó. En el momento que lo hizo, ella le devolvió el abrazo sin parar de llorar.

-Todos...todos me veían como alguien que apesta...-

Él la estrechó un poco.

-¡Como una puta fácil que se mete con todos!-

Clyde se estremeció, pero la sostuvo. La verdad era que el chico era bastante impresionable y se sentía asustado por la forma en que Stella estaba manifestando su dolor.

Mi Pasado en PlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora