No podía ser, estaba ahí. Tenía en frente de mi uno de los principales motivos por los cuales no quería volver. Cinco años habían pasado, y no hacía ni un día que había pisado este pueblo y ya lo tenía delante de mi. Tenía claro que la vida me odiaba, que se había puesto en mi contra y había decidido pegarme una bofetada tras otra. Necesitaba una explicación lo suficientemente lógica, la cual explícase que en el restaurante que estábamos cenando, único momento que había salido de casa de mi padre, justo fuera en el que me lo iba a encontrar. Mire de reojo a mi hermana, ella tendría que saber algo, esto es un pueblo pequeño, y cuando digo pequeño es que te conoces todos los restaurantes de este y sabes a quien te vas a encontrar. Ana evitaba mirarme, se reía de algo que ni siquiera le estaban contando a ella, y ademas su risa era falsa, nerviosa, detalles que no habían cambiado incluso en este largo tiempo.
Suspire pesadamente y volví la vista hacia esos ojos que me buscaron con la mirada hasta encontrarse. Sus ojos verdes, tirando a una tonalidad clara que se asemejaba al azul, como los lagos, como el mar cuando está cristalino y distingues las algas verdes, y, acercándose a la pupila, unas motas marrones que siempre me habían recordado al caramelo. Su pelo negro azabache, lo tenia más largo, despeinado como siempre, cada mechón yendo a un lado diferente, el solía decir que su pelo era rebelde y que nunca le hacía caso. Unas cejas pobladas, tan negras como su pelo. Unas pestañas largas, casi rozando sus mejillas cuando pestañeaba. Me fijé en los rasgos de su cara, más duros, más adulto, su mandíbula más marcada. Y su labios, rosados y carnosos. Apenas duro unos segundos ese estudio facial que le hice.-Alicia...- Oír mi nombre salir de sus labios, con una voz ronca que hizo que se me erizara toda la piel. Su voz también había cambiado. Fue como un susurro, uno que me hizo despertar del pequeño trance en el que estaba y me hizo recordar a quien tenía delante.
-Hola, me gustaría tomar un agua sin gas y del tiempo, y si puede ser una ensalada y una media ración de pulpo. Gracias- Apreté la mandíbula, me puse recta, rígida y le dediqué una de mis sonrisas que tan bien sabía hacer. Se quedo mirándome, si pensó algo no lo demostró, se limitó a apuntar mi pedido en una libreta y tomar nota a los demás comensales sentados en la mesa hasta que se fue.
-Wouah... eso ha sido...cruel- Mi hermana ya me volvía a mirar, sabía que estaba intentando leerme con la mirada.
-Sabías que él trabajaba aquí, y aún así me traes aquí? Mira Ana, no puedes decidir por mi. Es mi vida, no la tuya. Empiezas mintiéndome sobre tu boda, cambiando las fechas y obligándome a quedarme aquí un mes, y ahora esto, enserio tu, mi hermana, me hace esta encerrona? Es que... acaso no puedes ponerte en mi piel? Todo esto está siendo muy frustrante para mi, vale? Y si quiero mover una pieza de este ajedrez seré yo quien lo haga, pero nadie tocará mis piezas ni jugará mi partida por mi!- Mire los cubiertos y los coloqué rectos, alineados a la mesa, paralelos a la servilleta. Suspire. Uno. Dos. Tres. Respira.
-Si dejas la silla de la partida vacía, otro tiene que tomar el lugar y mover las fichas. Alicia... mira... el solo está trabajando, mínimo como trabajador que es, dale ese respeto. Ya lo que quieras hacer después, es decisión tuya- Mi hermana me miro, después su vista bajo a mis manos que se colocaban los anillos, cuando lo noté, pare de hacerlo.
-Hacia tiempo que no te veíamos Alicia! Que es de tu vida?- Mire a mi tía, la hermana de mi padre, una mujer que había enviudado hace ya unos años, y aún así tomo las riendas de su vida y siguió adelante.
-Bien, vivo en Londres. Trabajo en una empresa de finanzas así que no me puedo quejar, me va muy bien. Tengo un buen sueldo, los jefes confían en mi y estoy trabajando en un proyecto que puede suponer un ascenso para mi- Todos me escuchaban atentamente, les interesara o no lo que les estaba contando, me sonreían con cariño, y un calor familiar se apoderó de mi.
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INEFABLE
RomanceSu hermana se casa, y esta vez Alicia no puede poner ninguna excusa para no ir, para no pisar ese lugar. Una vida tranquila es la que lleva, pero ella dejo de ser ella misma hace mucho tiempo, todo quedó encerrado años atrás. Sin embargo, volver a...