8-Harry

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—¿No sabes?

—No... —respondió Samara, Axel sólo suspiró.

—¿Cómo que no sabes?

—Bueno, no sé si tenga más, normalmente cuando alguien en mi realidad tiene poderes son más de dos —explicó Samara— pero yo solo he descubierto dos, la telequinesis y la teletransportación.

—¿No crees que ya los hubieses descubierto de ser así?

—No... Recuerda que me obligaron a no usarlos y mantenerme oculta, por lo tanto no pude descubrir más que esos.

—Bueno, ¿qué tal si solo son esos? —cuestionó Axel.

—No creo ser la excepción, ¿me ayudarás o no? —preguntó Samara estresada.

—Bien, bien. Te ayudo, pero antes vamos a un lugar —dijo Axel.

—¿A dónde?

—Tu ven —jaló a Samara y se dirigieron fuera de la casa— sube al auto.

Ella, sin decir nada, aún confundida subió al auto, Axel igual y dio rumbo hacia el centro de la ciudad, Samara seguía callada, pensativa. Tenía miedo por Lizeth, no sabía nada de ella y por ende, podían hacerle daño.

Londres realidad M

El personal del laboratorio se encontraba frente a los restos de la máquina, habían establecido provisionalmente un espacio dentro de la residencia para poder analizar estos mismos.

El jefe de área había ordenado que, así fuese durante día y noche, se examinara todo tipo de pieza para así determinar su lugar de orígen.

—Son del laboratorio —anunció una mujer del equipo.

—¿Cómo es posible? —preguntó el encargado— ¿Habrán sido robadas?

—Nadie ha entrado al laboratorio en años, no pudieron haberlas robado —añadió la misma mujer—. La seguridad es muy difícil de violar desde que Patriarca salió.

—Es correcto —Uno de los científicos entró a la habitación con unos documentos en mano y una tableta transparente—. Hace años, cuando Patriarca salió del laboratorio huyendo se notificó a mantenimiento que faltaban piezas en el servicio, y al notar que lo que queda de esta máquina son piezas del laboratorio y tras analizar la antigüedad de éstas he terminado de comprobar que fueron extraídas en ese mismo año.

—¿Entonces pudo ser que huyó con ellas? —cuestionó nuevamente el encargado.

—O que un interno la ayudó.

—Eso es imposible.

—Silent fue ejecutado al tiempo de que ella salió —habló el mismo científico revisando la tableta—. Tres años después.

Segundos después de ello, el lugar quedó en silencio, todos giraron su vista hacia la puerta de la habitación, poniendo atención a la persona que se encontraba entrando. El espectador.

Pasó el rato y comenzó a cuestionar a cada uno de los investigadores, hasta llegar con el encargado de área.

—Ya me notificó el departamento de investigación las especulaciones, necesito hablar contigo —dijo señalando la puerta para después dirigirse hacia allá.

—Es todo lo que tenemos —respondió máster.

—Y creo que es más que suficiente, tengo una teoría.

—No entiendo —habló el encargado.

—Lo sé —Sonrió el jefe yéndose al laboratorio, dejando a todos en su trabajo, y al encargado con dudas.

𝘈𝘹𝘮𝘢𝘳𝘢. 𝘔𝘪 𝘔𝘦𝘫𝘰𝘳 𝘊𝘰𝘯𝘥𝘦𝘯𝘢 ⚠️2da publicaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora