El Misterio del Destino; Trunks x Oc

7. Incertidumbre

Pasaron unos cuantos días desde que Trunks y Giin llegaron del pasado, la chica todavía sentía gran inquietud debido a lo que le había ocurrido durante el viaje anterior.

Ahora dedicaba gran parte de su tiempo a entrenar, y cuando descansaba se la pasaba varias horas reflexionando, en silencio y con la mente en otro lado, pensando en algún plan para no lastimar a nadie.

Trunks y Bulma trataban de animarla o distraerla, incluso Milk había intentado hablar con ella, pero todos recibían la misma respuesta.

"Estoy bien, no se preocupen"

Respuesta que a nadie parecía convencerle, mucho menos a cierto chico de cabello color lavanda.

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Aquel día, Trunks había salido a conseguir algunos víveres, le había pedido a Giin que se quedara en la Corporación Cápsula en caso de emergencia, ella estuvo de acuerdo y le pidió que tuviera mucho cuidado, la idea de que pudiera toparse con 17 o 18 la asustaba demasiado.

Él simplemente asintió, prometiendo que volvería lo más pronto posible y besándola, esperando calmar así su preocupación, algo que no consiguió del todo.

Giin lo vió mientras despegaba y se alejaba volando a toda velocidad, ella simplemente suspiró y le pidió a Kamisama que lo cuide. Al entrar a casa, se topó con Bulma quien llevaba en las manos un par de cajas, eran refacciones que usaría para mejorar la máquina del tiempo, la androide rápidamente la ayudó y juntas fueron al sótano donde se encontraba el laboratorio.

—¿Y en cuanto estará completamente cargada la máquina del tiempo? —preguntó mientras bajaba las cajas una vez que llegaron.

—Tres meses aproximadamente, tengo que asegurarme de que no presente ninguna falla y puedan hacer el viaje de ida y vuelta.

—Ya veo...

—Por cierto, Giin... ¿Crees que podríamos continuar con tu revisión? La última vez no pude hacerlo por completo porqué...

—Claro, Bulma —la interrumpió sonriéndole para calmarla.

La última revisión que tuvo se vió interrumpida por otro de los ataques de los androides, Giin no pudo ir a ayudar debido a que se había quedado ahí durmiendo sobre la mesa de revisión del laboratorio, Bulma había estado experimentando con aquel dispositivo en su cabeza y la había dejado casi agotada.

Estuvo inconsciente por tres días y al despertar se encontró a Trunks malherido y otra ciudad destrozada, al ver esto se estuvo culpando por una semana por no haber podido ayudar a su pareja y a los ciudadanos.

—Acuéstate 

Ella obedeció y se recostó sobre aquella dura mesa, Bulma la indujo al sueño y empezó haciendo una radiografía de cuerpo entero...

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Trunks llegó cuando el sol se estaba poniendo, había decidido dar una vuelta por el refugio donde se encontraban algunos sobrevivientes para asegurarse de que todo estuviera en orden y entregar algunas cosas.

Al entrar a casa se dirigió hacia el laboratorio donde vió su madre sentada en una silla, tecleando un par de cosas frente al enorme monitor y a su esposa recostada con una máquina escaneándola.

—¿Encontraste algo, mamá? —preguntó mirando la pantalla donde se mostraba una imagen del interior de la cabeza de Giin.

—Nada de lo que haya que preocuparse, todo parece estar en orden —respondió sin apartar su mirada— siempre logro sorprenderme de como es que lograron reconstruirle todas estas partes.

—¿Pudiste averiguar cómo quitarle esa cosa de la cabeza? ¿O si es que puede recuperar la vista?

—No, cariño... sin unos planos no puedo saber cómo hacerlo sin lastimarla, desactivarla o activar la bomba, sería como trabajar a ciegas.

—Maldición.

Madre e hijo se quedaron viendo y examinando detenidamente cada cosa que mostraba la computadora, afortunadamente todo se veía normal y eso era un alivio para Trunks.

—Creo que eso es todo —anunció la mujer mientras se estiraba sobre la silla— me sorprende como ese científico logró unir células orgánicas y partes robóticas a un cuerpo humano, y que este las haya aceptado como si fueran propias.

—Supongo que el hecho de que era una niña cuando la convirtieron fue el principal motivo —pensó mientras se acercaba y acariciaba el cabello de su amada, esperando que esta despierte.

—Haré todo lo posible para ayudarla cariño, lo prometo.

—Lo sé mamá, te lo agradezco mucho.

Él tomó en brazos a Giin y la llevó hasta su habitación compartida, no sin antes despedirse de su madre, la acomodó en la cama y se acostó junto a ella, abrazándola con fuerza.

—Estoy en casa.

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3 meses después

La máquina se había cargado por completo, todo estaba listo para partir al pasado nuevamente, Giin y Trunks habían decidido visitar a Milk con la intención de que Giin la viera antes de irse, estar con su madre le ayudaba a calmarse.

Al llegar a la montaña Paoz, Milk los recibió con una sonrisa y los brazos abiertos, le explicaron que estaban a punto de irse y venían a despedirse, ella se había sorprendido ante la noticia pero de todos modos les deseó suerte a ambos. Trunks se alejó con la intención de dejarlas a solas un momento.

—Mamá, estoy asustada... no sé lo que vaya a pasar ahora y tengo un mal presentimiento que me llena la cabeza —confesó sosteniendo las manos de su madre— no quiero lastimar a nadie.

—No lo harás, cariño —le respondió acariciando su mejilla con cariño, como tantas veces lo había hecho— se cómo eres, tu corazón te guiará por el camino correcto... mi Gohan vió esa luz en ti, se que él te estará cuidando.

—Mamá... —los ojos de la chica se cristalizaron.

—Nunca olvides que eres una saiyajin, y más importante, eres una Son —ella acarició la mejilla de su hija con delicadeza— si llegas a tener dudas, recuerda que tienes una familia que te ama y un objetivo que cumplir... vuelve a casa a salvo mi niña.

En ese momento la joven se lanzó a los brazos de aquella mujer que la había cuidado y protegido como si fuese su verdadera hija, la abrazó con fuerza y asintió a sus palabras secando sus lágrimas.

—Adios mamá.

Ambas compartieron un último abrazo antes de que junto a Trunks salieran volando hacia la Corporación Cápsula dónde Bulma los esperaba junto a la máquina del tiempo; del mismo modo Trunks se despidió de su madre quien les deseó buena suerte.

Los dos subieron a la máquina, el muchacho la encendió y esta se elevó por el cielo para después desaparecer sin dejar rastro alguno.

Era hora de salvar el futuro.