El cuerpo de Nick estaba estático, sus pupilas estaban dilatadas a tal punto que casi cubrían el azul de sus ojos.
Lo que me asustó fue ver un hilo de sangre bajando por uno de los orificios de su nariz. En ese momento fue que reaccioné, sugetándolo de los hombros para sacudirlo.
–Nick, ¿Nickolás? ¡Nickolás!
No reaccionaba, por más que lo sacudiera seguía estático y más sangre bajaba por su nariz, a tal punto que llegó a su barbilla y comenzó a gotear.
A esas alturas yo ya estaba histérica, no sabía qué hacer ni cómo ayudarlo. Comencé a ver todo blanco, mi vista se nubló y mi cuerpo se estremeció.
Mirando a mi doctor nuevamente pude sentir lo que sentía, una vez más no sabía cómo explicarlo, pero su cuerpo me gritaba que sentía dolor, y lo peor es que tengo la capacidad de pararlo, pero no sé cómo.
De un momento a otro alguien me tomó bruscamente por los hombros y me zarandeó, haciéndome apartar la mirada de él.
–Páralo, ¡Páralo ya, Zahary!
Pero, ¡Si no sé cómo hacerlo! Mi vista sigue blanquecina y el cuerpo de Nick seguía gritándome que tenía mucho dolor, tanto así que comencé a sentirlo yo.
–Joder, ¡Concéntrate! ¡No te dejes llevar! Sabes cómo pararlo, solo enfoca tu energía y déjala fluir...
Con todas mis fuerzas intenté cerrar mis ojos, pero no podía, aún así, como me dijo esa persona (que en el fondo sé que se trata de la rubia que vi cuando desperté por primera vez) utilicé toda mi fuerza de voluntad y me concentré en detener el dolor.
Pude ver un destello de claridad frente a mí pero no sabía qué o quién lo causaba, aún así, no dejé que eso me desviara de mi objetivo. Seguí intentando con todas mis fuerzas detener lo que empecé, me concentré en disminuír su dolor. Pero mi vista no me dejó continuar, de un momento a otro todo se volvió completamente blanco, y cuando por fin pude parpadear todo volvió a la normalidad, hasta Nick, que se levantó a una velocidad no humana de la silla en la que estaba y comenzó a toser bruscamente.
Mi respiración estaba completamente agitada. Con las manos temblorosas me recosté en la pared que daba con la camilla. Aún estoy sorprendida, a la par de asustada. ¿Qué rayos acabo de hacer? ¿Lo iba a matar?
Volteé mi mirada hacia Nick. La rubia le estaba limpiando el rostro ensangrentado mientras él respiraba hondo, de espaldas a mí.
Entoces me sentí culpable. Yo le lastimé y no fue intencional. Mi vista nuevamente se nubló, pero esta vez por algo distinto.
–Zahary, está... Está bien, no llores –Nickolás se había acercado a mí, aún con la respiración irregular. Los ojos los tenía enrojecidos, pero al menos su rostro ya está limpio de sangre.
–¿Por qué hiciste eso? Sabes que pudiste haberlo matado, ¿No? ¿Eres consciente de ello, chica? –Al escucharlo de ella supe con claridad que era real lo que había pasado. Pude haber matado a Nickolás.
–Yo... Yo no sé qué hice, n-no fue mi intención... Lo... Lo siento. –Mi voz salió temblorosa. Realmente me sentía demasiado culpable por lo que había provocado.
Algo rodó por mi mejilla y me preocupé. Extrañada por aquel líquido lo toqué con la punta de mis dedos, es transparente y ha salido de mis ojos... ¿Qué es esto?
–Son lágrimas. Salen cuando te sientes triste o extremadamente feliz. –Nick se sentó en el borde de la camilla y tomó mis manos con su diestra, la otra la utilizó para limpiar aquellas lágrimas que aún resvalaban por mi rostro.
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NatLum
FantascienzaUn lugar diferente. Un mundo lleno de magia y fantasía del que muchos por fuera creen que es lo máximo. ¿Quién no querría poder dominar un elemento de la naturaleza? Pues no todo es tan bonito como parece, hay mucha oscuridad oculta y esa es de la...