Una figura encapuchada salió discretamente por una ventana localizada en la Mansión Hokage, dejando un clon de si misma en la cama. Se dirigía a los barrios bajos de la Aldea Oculta entre las Hojas, específicamente a un bar clandestino y con recibimiento a criminales, tanto de poca monta como de gran importancia, debido a un suceso ocurrido hacía una semana.
Un sujeto enmascarado se le había aparecido en una misión, logrando separarla de su equipo con un extraño Jutsu de espacio-tiempo. La absorbió en un vórtice, llevándola a un claro lejano, en donde tuvieron una corta pelea unilateral. Apenas ver su bata, negra con nubes rojas, lo entendió: era un Akatsuki, de esos que le había advertido su padrino a escondidas, los que cazaban a los Jinchūriki para quitarles a sus Bijū.
La joven luchó con todas sus fuerzas por darle un golpe, o apresarlo con sus cadenas de chakra, pero todo intento era inútil, ya que, por algún motivo, los ataques lo traspasaban tan limpiamente que parecía hecho de aire.
Ella, sin embargo, no se daba por vencida. No podía perder contra alguien como él, no sería digno de su estatus como heredera del Clan Uzumaki e hija del Hokage. Una basura como esa no podía derrotarla, o la desheredarían por completo, dejándola a su suerte.
Sin embargo, el contrario no parecía tener la menor intención de contraatacar. Tan sólo se quedó parado, observando sus inútiles intentos de hacerle daño. Cuando ella se cansó de la situación, decidió que era momento de hablar.
-Es un gusto que te hayas decidido a escucharme, señorita Namikaze. Mi nombre es Uchiha Obito. Vengo desde la Aldea de la Lluvia para hablar contigo personalmente.
-Se nota que una escoria como tú no sabe nada, Akatsuki -replicó ella altaneramente- Los Uchiha son un clan de Konoha, ni uno solo vive en Ame, y además, Obito lleva muerto muchísimo tiempo. Piensa en una mejor mentira la próxima vez, estúpido, soy hija del Yondaime, jamás caería con eso.
-Lo lamento mucho, Ōmusu-sama -respondió el contrario, con un imperceptible tono burlón. Una sonrisita creció en su rostro al ver la ligera mueca que hizo la menor- Pero es la verdad.
-Sí, por supuesto. ¿Y qué querría el gran Uchiha Obito-sama con una simple Jōnin como yo? -cuestionó sarcásticamente.
-Es más simple de lo que parece, señorita -habló con firmeza- Con los planes que ejecutamos en este preciso momento, podrás obtenerlo todo al final. Quisiera ofrecerte una oportunidad de oro.
-Sé que son una pandilla de criminales de clase "S" que cazan a las Bestias con Cola, y hacen cosas impactantes allá donde van, pero ¿Una oportunidad de oro? -alzó una ceja- ¿Qué podría darle una basura como tú a una futura reina como yo?
-Tu deseo más anhelado y una nueva realidad, una perfecta. Lo que hicimos con todos los demás, a los que, por cierto, no matamos, sino que son parte de nuestra organización. Lo que quieres con todas tus fuerzas, pero sabes que jamás vas a conseguir, no mientras tengas la sangre de tus progenitores y esos buitres estén sobre tí.
-Mucho cuidado escoria -el ceño de la ojizafiro se frunció un poco- No eres nada, en comparación a la Reina Uzumaki ni al Yondaime Hokage, aunque "hayas sido" alumno de él. No te atrevas a insinuar que su sangre está maldita, y mis tutores no son unos buitres.
-No he dicho nada malo sobre tus padres, aunque eso último ya lo has pensado tú demasiadas veces, ¿No es así? -la satisfacción del pelinegro creció al notar la sorpresa en los ojos de la usuaria de Kongō Fūsa.
-¡¿Cómo te atreves a insinuar esa idiotez?! ¡¿Quién te crees que eres?!
-El que puede sacarte de esa aldea, y darte una nueva vida, una en la que seas libre. Una en la que puedas escribir tu propio destino. Esto no es lo que ellos habrían querido para tí, ¿No es así?
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𝙊𝙣𝙚 𝙎𝙝𝙤𝙩𝙨 𝙐.𝘼. 𝙙𝙚 𝙐𝙯𝙪𝙢𝙖𝙠𝙞: 𝙀𝙡 𝘾𝙡𝙖𝙣 𝙀𝙭𝙩𝙞𝙣𝙩𝙤
FanficRealidades alternativas del universo de Nozomi Uzumaki. Pedidos abiertos.