No tan profundo del mar, una Primarina nada elegantemente entre diversos soportes de madera. Detrás de ella habían otros pokemon, más pequeños y de tipo agua siguiéndola, algunos les costaban seguir el ritmo, otros no tanto.
"No quiten la vista al frente, usen sus aletas, colas y patas para impulsarse y dirigir el cuerpo" Escucharon decir la Pokémon sirena con una voz melódica.
Luego sale de ahí y nada hasta la superficie, esperó pacientemente la llegada de los otros.
Uno por uno, los pequeños cobraban aire y jadeaban sin cesar.
Se trataba de una pequeña lección de aprendizaje, la Primarina les enseñaba a nadar, era muy paciente y también querida por sus discípulos, entre ellos, un Buizel quien fue uno de los primeros en salir.
"Bien hecho mis pequeños, fue una lección dura pero superarla fue una gran hazaña, nadie chocó con el muelle, estoy orgullosa de ustedes." Comentó ella con una dulce sonrisa, los pequeños se alegraron, pero el Buizel no dejaba de verla con ojos soñadores.
"Es hermosa..." Se dijo a si mismo el joven Buizel.
"¿Que dijiste?" Otra voz llama su atención y rápidamente reacciona. A su lado, un Squirtle lo miraba raro pero con gracia, además de su compañero también era su amigo.
"No, nada" Respondió el Buizel rápidamente.
"Oye, cada vez estás más raro, hay algo que quieras contar?" El Pokémon tortuga rió.
"Eh no, no me sucede nada, ¿que te hace pensar eso?"
"Pues..."
La voz de la instructora lo interrumpe.
"Excelente trabajo, con ésto concluimos la sesión de hoy. Mañana los espero a la misma hora y en el mismo lugar" Después se acerca y elogia a cada uno de sus discípulos.
El corazón de Buizel casi se detiene cuando vió a su instructora acercarse.
"Fue una actuación excepcional, sigue practicando y hasta podrías graduarte antes y ser un gran nadador" Dijo ello mientras coloca una de sus grandes aletas sobre la cabeza del Buizel, acariciándolo provocándole un escalofrío placentero.
"Gr- gracias... yo... tengo una buena instructura..." Se sonroja y cae ante la belleza de la Primarina, sus ojos recorren el rostro, esos bellos ojos, su cuello, el collarín y bajo éste, un par de melones... "Mu- muy buena... ¡Eep!"
De pronto su expresión cambió.
Su amigo Squirtle ríe. "... Por eso jaja"
La gran hembra ignora lo que él dijo y se despide.
"Nos vemos, niños" Dicho ésto, ella salta elegantemente del agua y desaparece en el mar.
Los demás se van a sus respectivos hogares, algunos bajo el agua, otros en tierra, hasta que solo quedó el Squirtle y Buizel.
El Pokémon nutria tenia su rostro casi rojo, su cuerpo encorvado y sus patas bajo su torso. Apretó sus dientes mientras se esforzaba en cubrir su muestra de aprecio por aquella bella Pokémon hembra.
Su miembro estaba completamente erecto, y no paraba de hacer espasmos y endurecerse más, sus pequeñas patas no bastaban para cubrirse, por fortuna en el agua no se nota mucho.
"Ya enserio ¿Te sucede algo? Ya sabes que puedes contarme lo que sea" Dijo Squirtle, con su voz comprensiva.
Buizel estaba demasiado apenado e intento forzar una sonrisa.
"Estoy bien en serio, sé que estás a mi lado para todo pero no hay nada de que preocuparse"
"De acuerdo... Entonces... ¿Quieres ir al parque? Dicen que habrá una obra de teatro." Sugirió la tortuga.
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Relatos Pokefilicos
FanfictionCombatir puede ser algo que caracterizan a los Pokémon, pero tampoco son máquinas de pelear, son criaturas muy inteligentes, con sueños y pensamientos. Cada uno tienen su propia historia y aveces con un final... candente. Se aceptan sugerencias :)