Llegó la época de dar y recibir, y en una región montañosa al norte un Pokémon se ha librado una reputación.
Sin falta, su presencia era notado por los pobladores y Pokémon en el área, aunque pocas veces se dejaba ver por ellos.
Pero para aquellos que tuvieron suerte, pudieron identificar al bienhechor.
Un Delibird, corriendo, saltando y volando se infiltraba en el pueblo y en una misma noche deja en las casas numerosos regalos. Una criatura muy querido por los niños, y muy extraño para los adultos.
Era la medianoche en un clima frío y fresco. Luces coloridas adornaban los techos y ventanas de las casas de madera. Las calles estaban despejadas, todo humano y Pokémon estaban dormidos dejándole la vía libre a Delibird.
El Pokémon pingüino salta en los techos hasta dar con la pared de una casa de dos pisos, encontrandose con una ventana parcialmente abierta.
Se trataba de la habitación de alguien, pero estaba vacío, no había nadie en la cama.
"Mmh, tal vez salieron, no será un problema" Con una sonrisa ingresa y rebota en la cama hasta aterrizar en el suelo.
La puerta estaba igual de abierta por lo que pudo cruzar entre el pasillo hasta las escaleras. Todo estaba tranquilo.
Se maravilló al contemplar los bellos adornos de la sala, la chimenea estaba encendida pero con poco fuego, con botas colgando de ahí, al lado estaba el característico pino adornado con luces brillantes y parpadeantes, numerosas esferas de diversos tamaños y colores.
Una mesa rectangular y encima de éste un plato con galletas calientes y un vaso de leche.
Viendo que no hay nadie, Delibird baja y llega al pino, se regocijó del calor de la chimenea por unos segundos antes de seguir con su trabajo.
"Tan bello como siempre" Murmuró él viendo el pino desde la base hasta la estrella en la punta.
De su bolso incorporado, saca un par de cajas de cartón envueltos en papel navideño, con un moño rojo encima y los coloca bajo el pino.
"Listo. Ahora..." Ve de reojo las galletas en la mesa, eso era su parte favorita.
Llendo hacia allá las toma y se los come, tenían forma de Pokémon, aunque la mayoría tenia su figura, luego toma el vaso antes de tomarselo.
Al final quedó satisfecho con migajas en su pico.
"Tan delicioso como siempre" Dijo mientras sobaba su estómago emplumado.
Aunque después estaba algo extrañado al recordar que no había nadie en la cama, pensó que tal vez la familia había salido para pasar la noche con el resto de sus familiares.
Sin embargo, todo se descarta cuando escuchó un pequeño clic.
"¿Uh?" El delibird voltea y una luz brillante golpea sus ojos. "¡Ah!" Se frota los ojos y parpadea un par de veces antes de escuchar un par de risas a la vez que presintio a alguien acercándose.
"¡Es real! ¡Es real!"
Cuando recuperó la vista, se llevó una sorpresa al ver a los hermanos de la familia, en pijamas, uno de ellos tenía una cámara en sus manos.
"¡Oigan, deberían estar dormi-!" Los recrimina pero de pronto fue cargado por uno de ellos antes de abrazarlo.
"¡Delibird está aquí!"
"¡Es real! ¡Lo tengo en cámara!"
El Pokémon pingüino se puso nervioso e intento zafarse de ellos.
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Relatos Pokefilicos
Fiksi PenggemarCombatir puede ser algo que caracterizan a los Pokémon, pero tampoco son máquinas de pelear, son criaturas muy inteligentes, con sueños y pensamientos. Cada uno tienen su propia historia y aveces con un final... candente. Se aceptan sugerencias :)